Organizaciones relatan las dificultades que enfrentan para continuar con las ollas comunes durante la pandemia
COPIAPÓ. Voluntarios afectados por covid-19, disminución en las donaciones, ayudas esporádicas y también la crisis económica que viven muchas familias, son algunas de las problemáticas que han tenido que sortear quienes están tras estas jornadas sociales. También señalaron que las cuarentenas y los permisos que derivan de ésta dificultan aún más la compra de víveres y colaboraciones.
El año pasado, cuando comenzó la crisis sanitaria producto del coronavirus, iniciaron también diferentes tipos de ayudas y acciones sociales para quienes se vieran afectados por la pandemia y sus consecuencias, entre ellas, la realización de ollas comunes. A cuatro meses de ya iniciado el segundo año con la presencia del covid-19, estas jornadas continúan realizándose, pero con mayores dificultades en torno a la convocatoria de donaciones y también debido a que cada vez se necesita ayudar a más personas.
Antecedentes
Desde el 19 de abril del año pasado que el Club Racing de Copiapó se encuentran desarrollando ollas comunes.
Al respecto, Yashin Rojas, vicepresidente del Club Racing, explicó cómo surgió la iniciativa. "Nació entre los clubes de aquí de Rosario, deportivo Rosario, Racing, Bata, El Escorial y después se fueron sumando otros clubes (...) por los grupos de What'sApp nos vamos organizando y pidiendo aporte, ya sea económico o en el menú que vamos hacer nos aportan con las cosas que vamos a necesitar", dijo.
Son alrededor de 300 platos que se reparten cada 15 días. 100 de ellos en la sede del Racing, otros 100 en Rosario y otros 100 en la sede El Escorial. En cuanto a quiénes reciben los almuerzos, Rojas dijo que las personas van rotando, algunas son familias afectadas por la crisis económica, adultos mayores, personas en situación de calle, entre otros.
Yashin mencionó que como voluntarios han podido evidenciar que es necesaria mucha más ayuda de la que prestan.
"Es bien necesario incrementar un poco más las dosis de entrega pero a nosotros igual se nos acorta la instancia económica. Aún así hemos mantenido 300 platos, ahora también sumamos un ropero popular, estamos entregando ropa usada, ropa en muy buen estado que nos ha regalado gente", expresó.
Si bien estos días cumplían un año de la olla común, actualmente ésta se encuentra en pausa debido a la gran cantidad de contagios que hay en la ciudad y también por que algunos voluntarios o personas ligadas a estas instancias, han salido positivo.
"Nos dio miedo y tampoco queremos exponer a la gente a que vaya tampoco. Pero apenas tengamos el equipo completo, vamos a volver", sostuvo.
Además, existe un desgaste propio de enfrentar por segundo año consecutivo una crisis. "Estamos viendo que se está haciendo más difícil, se están haciendo más escasos los aportes, no sabemos de donde vamos a sacar los recursos pero van naciendo nuevas personas que colaboran, hay muchos que colaboraban casi durante todo el año y ya se les hace más difícil. Se entiende el tema económico, desempleo, todo lo que está pasando, pero aún así la gente más lo necesita, entonces nosotros hacemos los esfuerzos, quizás hasta cuando vamos a aguantar", indicó.
Techo chile atacama
En el marco de la pandemia y de las ollas comunes que se generaron en el territorio nacional y regional, desde Techo Chile comenzó un sistema de apoyo a las cocinas comunitarias. "Para nosotros es súper importante apoyar a las comunidades pero también, que esta autogestión que ellos levantaron se mantenga y se refuerce (...) aportamos como el 50% del costo de las raciones que entreguen", expresó Claudio Lazo, director regional de la Fundación Techo en Atacama.