Redacción
La escalada diplomática entre Estados Unidos y Rusia vivió ayer un nuevo capítulo, luego de que el Kremlin anunció la expulsión de diez diplomáticos norteamericanos, la generación de una lista con funcionarios a los que se les prohibirá el ingreso al país y sanciones a raíz de la injerencia norteamericana en lo que consideran sus asuntos.
De esta forma, Moscú replicó con la misma moneda a los anuncios hechos por Washington, un día antes, y que incluían medidas contra compañías y diplomáticos rusos por su participación en el presunto manejo en las elecciones de 2020, por ciberespionaje, y por intervenir en el conflicto latente con Ucrania y en la guerra de Afganistán.
IGUALES SANCIONES
"Estas medidas (son) en respuesta a los actos absolutamente inamistosos y gratuitos anunciados por Washington contra Rusia, nuestros ciudadanos, personas físicas y jurídicas, y nuestro sistema financiero", dijo el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov.
Además de la expulsión de diez representantes de EE.UU. Lavrov señaló que se sumarán cinco diplomáticos polacos, debido a que ese país expulsó ayer a tres agentes rusos como muestra de apoyo al gobierno de Joe Biden.
Asimismo, acusaron "violaciones sistemáticas" de funcionarios estadounidenses y la responsabilidad americana en "una continua degradación de las relaciones".
El canciller ruso además advirtió "funestas consecuencias" si es que la política exterior de Washington insiste en hablarle a Rusia desde una "posición de fuerza", y anticipó que pedirá al gobierno estadounidense una reducción de sus diplomáticos en territorio ruso si es que el "intercambio de cortesías".
Por otra parte, entre las sanciones -aprobadas por Vladimir Putin- se incluyó la creación de una lista de altos funcionarios de EE.UU. que tendrán prohibida la entrada al país, entre ellos el director del FBI Christopher Wray; el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; y el fiscal general Merrick Garland, además del ex director de la CIA, James Woolsey.
Lavrov también anticipó que Moscú reservará para el futuro "medidas dolorosas" para empresas estadounidenses.
VENTANA AL DIÁLOGO
Aunque la ofensiva diplomática entre ambos países no ha hecho sino profundizar su crisis bilateral, previo a este nuevo affaire Biden había propuesto a Vladimir Putin la realización de una cumbre en un país neutral, lo cual será analizado por el Gobierno, señaló ayer el vocero ruso Dmitri Peskov.
Sin embargo, la invitación que había sido visto "positiva" hoy será puesta bajo el prisma del "contexto de la situación real". Una prueba de la tensión es que el embajador ruso en EE.UU., Anatoli Antónov, aún permanece en Moscú luego de que hace algunas semanas fuera llamado a consulta, y no se ha confirmado un pronto retorno a Washington.
De todos modos, luego del anuncio de las "contra-sanciones", desde Rusia llamaron al Gobierno de EE.UU. a abandonar una "política de confrontación". "Nos gustaría evitar una nueva escalada", aseguraron desde la Cancillería, agregando que se desea "buscar vías para la normalización de los lazos bilaterales".
UCRANIA
En otro frente, el presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, propuso la realización de una cumbre con el presidente francés Emmanuel Macron, su par ruso Vladimir Putin, y la canciller alemana Angela Merkel, con el fin de abordar la situación en la frontera ucraniana-rusa y así intentar aliviar las tensiones entre Kiev y Moscú.
Luego de una reunión bilateral entre Zelenski y Macron, en París, ayer nuevamente los líderes de Francia y Alemania instaron a Rusia a retirar sus tropas de la frontera ucraniana, ratificando su compromiso con la "independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania" y llamando a respetar los acuerdos de paz de Minsk para detener el conflicto ucraniano.
Las dudas afganas por la salida de EE.UU.
En otro frente internacional, el asesor de seguridad nacional de Afganistán, Hamdullah Mohib, señaló que el reciente anuncio de la salida de tropas de EE.UU. en ese país, antes del 11 de septiembre, los dejará en un "territorio desconocido". "Hay mucha incertidumbre, el diablo está en los detalles de lo que negociemos con EE.UU. y la OTAN mientras facilitamos la transición", agregó en un foro internacional. Agregó que el país cambió en los 20 años de ocupación y que hoy el propio Ejército local ha podido mantener a raya a los talibanes.