Sucesión de ciegos
Adelanto del libro "Zona ciega". Por Lina Meruane
Descubrí que Louis Braille se acuchilló accidentalmente los ojos. Que Thomas Edison se los dañó experimentando con rayos equis. Que jugando con arcos y flechas, los hermanos dejaron tuerto a James Turber. Que el almirante Nelson perdió un brazo y un ojo antes que la vida. Que un vaso arrojado con violencia le arrancó un ojo a Víctor Brauner, que este acababa de retratarse con una cuenca ensangrentada. Que el cáncer le robó un ojo a Oliver Sacks. Que no es casual tener dos ojos. Que la vista de William Prescott fluctuaba de mucha a exigua y que escribió sus libros con un noctógrafo. Que Jusayú fue el primer guajiro en aprender braille, en usar una máquina de escribir y en publicar un diccionario de la lengua wayuu al castellano. Que James Wilson produjo la más temprana autobiografía de la ceguera. Que muchos ciegos escribieron las suyas. Que entre los ciegos hay quienes prefirieron leer con las orejas, no con la punta de los dedos. Que desafiando el derrotero solitario de los ciegos egipcios, Taha Husayn se volvió el más célebre intelectual de Oriente Medio. Que según un infundado rumor la escritura de los ciegos era un invento árabe. Que un germen epidémico afectó la vista del romántico Wordsworth obligándolo a dictar su poesía. Que cuando Nietzsche sufría de jaquecas invalidantes sus ojos solo consentían concentrados aforismos. Que Aldous Huxley veía poco pero realizaba ejercicios oculares convencido de su pronta recuperación. Que el poeta Pedro José Ferreira tomó el nombre de Glauco Mattoso para honrar el glaucoma que lo alcanzaría. Que un virus letal le mató la mirada al imberbe Hervé Guibert. Que ya enceguecido Claude Monet optó por retratar flores colosales. Que Edgar Degas acabó optando por la escultura que se adecuaba a su ceguera. Que por su defecto Paul Cézanne creó un modo vanguardista de pintar. Que el miope Teju Cole despertó una mañana con la vista ocluida por una gran mancha gris. Que James Joyce estuvo perpetuamente mal de la vista, que envejeció con un ojo dañado y el otro tan arruinado como su familia. Que el poeta Milton quedó completamente a oscuras a los 43. Que a Pulitzer se le desprendieron las retinas a los 42. Que Borges vio apagarse, a los 53, el escaso ojo que le quedaba. Que desde niño Jean-Paul Sartre sufría de un ojo inútil y que de viejo perdió el otro. Que si no al comienzo, al final de la vida surgen siempre los ojos. Que al sexagenario Paul Auster se le rompían las córneas durante el sueño, que despertar se le volvió un suplicio. Que un deteriorado Thomas de Quincey escrutaba su diccionario con apenas un monóculo. Que para no morir de hambre Benito Pérez Galdós siguió novelando con sus ojos vagos. Que Ernesto Sabato murió ciego y centenario. Que Galileo murió ciego. Que en cuanto se quedó ciego, João Cabral dejó de escribir.
"Descubrí que Louis Braille se acuchilló accidentalmente los ojos. Que Thomas Edison se los dañó experimentando con rayos equis. Que jugando con arcos y flechas, los hermanos dejaron tuerto a James Turber".