Partió la restricción de venta de artículos no esenciales en los supermercados de Copiapó
COMERCIO. En los recintos apelaron al uso de malla raschel o bien cintas de "peligro" para delimitar los productos. La mayoría de los clientes compró "lo justo" y cajera dice haber recibido reclamos, aunque fueron casos mínimos.
Si bien hace un par de días la subsecretaria de Salud, Paula Daza, anunció en el reporte covid que la restricción para la venta de artículos no esenciales será levantada el próximo 15 de abril, la medida aún se encuentra vigente y comenzó a regir desde ayer en los supermercados de Copiapó con el inicio de la cuarentena. Los recintos debieron implementar medidas para prohibir la venta de estos artículos.
Fue así como se pudo apreciar en los pasillos de los principales supermercados de la capital regional cintas de "peligro" o derechamente uso de malla raschel para separar aquello que los clientes podían comprar de lo que no.
Pues cabe recordar que la definición del propio Gobierno de artículo esencial es "aquellos bienes o servicios que tienen por fin ser utilizados por las personas dentro del domicilio, en comunas que se encuentren en Pasos 1 o 2 (sábado, domingo y festivos) del Plan Paso a Paso, y que son imprescindibles para la subsistencia, el teletrabajo, la educación a distancia o el funcionamiento, conservación y seguridad del inmueble".
En ese contexto, las autoridades clasificaron los "artículos esenciales" en cuatro categorías: 1) Relativos a la subsistencia de la persona, 2) Relativos al teletrabajo o educación a distancia, 3) Relativos al funcionamiento, conservación y seguridad del inmueble y 4) Otros bienes.
Clientes y trabajadores
En el supermercado Líder de Chacabuco con Av. Copayapu, el primer nivel no mostraba productos restringidos, de hecho, María Raschabel, no se había dado por enterada de la restricción y comentó que sólo estaba "en familia, estamos sacando cuentas aquí, sacando lo esencial y procurando no pagar mucho".
No obstante, donde si se apreciaron las cintas de prohibición fue en el segundo nivel, allí Carla Cortés, que reconoció ser la "compradora asignada del fin de semana", señaló que "mi hija tenía tarea de artes plásticas para el colegio y necesitaba sacar globos, pero no se puede", aunque "eso fue lo único que no podía comprar (...) tuve que comprar lo justo y necesario", acotó.
En el supermercado Tottus ubicado en el Mall Plaza, se podía apreciar en la misma entrada al recinto las mallas raschel que demarcaban los artículos prohibidos. "Uno al avanzar vas llegando y ya te das cuenta que ya hay bloqueadas muchas cosas, o sea, electrónica como televisores no van de momento, pero si cosas que te llaman la atención como la ropa de cama, artículos de cocina, pero vestuario solo ropa infantil, para jóvenes y adultos no hay", detalló Marcela Berríos, quien estaba de compras con su familia.
En el Jumbo de Av. Copayapu con Van Buren, los artículos estaban restringidos con cintas de prohibición, aunque los clientes tuvieron claro desde antes que las compras debían limitarse a lo esencial.
Silvia Quintral, que vino de compras con su hija, declaró que "nos llamó la atención que los juguetes estuviesen bloqueados, pero no nos metemos por esos pasillos, solo nos remitimos a la compra esencial".
La misma impresión tuvo Andrés Vega, quien reconoció que tuvo que "alejar de la juguetería" a su hijo Máximo. "Sabíamos de antes, desde que lo anunciaron, pero no pudimos venir antes porque mi pareja trabaja en los días de semana", afirmó.
En la línea de cajas, las trabajadoras de los supermercados comentaron cómo los clientes afrontaron la implementación de las restricciones. En ese contexto, una cajera del Líder reconoció que los productos prohibidos "no pasan porque está bloqueado por sistema, pero la gente igual reclama", aunque los casos de reclamaciones fueron mínimos.
Otra cajera que estaba de turno en el Tottus, afirmó no haber tenido problemas con la clientela, toda vez que "está todo cubierto con malla raschel".
Por último, una cajera del Jumbo señaló que tenían claro lo que se podía y no se podía vender, puesto que contaban con un instructivo con descripción y detalle de excepciones.