Groenlandia rechaza convertirse en gran productor de tierras raras
MINERÍA. Luego del triunfo del socialismo en las últimas elecciones, el país descartó un millonario proyecto privado por "riesgo radiactivo".
Efe
Un proyecto minero a gran escala que podría convertir a Groenlandia en el mayor productor occidental de tierras raras, fue descartado después del triunfo socialista en las elecciones generales y el rechazo de la mayoría de la población.
El Inuit Ataqatigiit (Comunidad Inuit, IA), opositor al proyecto, ganó con el 36% los comicios y podría encabezar por segunda vez un Ejecutivo, desbancando al socialdemócrata Siumut, que ha gobernado el resto de legislaturas desde la entrada en vigor de la autonomía en 1979.
Vía de ingresos
Treinta años después, los groenlandeses aprobaron otro Estatuto que reconoce el derecho de autodeterminación y, desde entonces, la discusión ha sido cómo asegurar los ingresos para la independencia, considerando que Dinamarca aporta la mitad de su Producto Interno Bruto (PIB).
La riqueza mineral y petrolera del subsuelo apareció como fuente más evidente, pero las expectativas se desplomaron por la crisis económica y el elevado costo por las dificultades de extracción en el país que tiene 80% de su superficie cubierta por hielo.
El proyecto minero de la australiana Greenland Minerals (con capital chino) promete cientos de empleos e ingresos fiscales anuales de 200 millones de euros, pero divide a la sociedad por los posibles efectos medioambientales de almacenar material radioactivo.
El líder del IA, Múte B. Egede, lo dejó claro: "Dijimos que pararíamos el proyecto de Kuannersuit y los electores manifestaron que están en contra de su desarrollo. Hay que escuchar al pueblo. No se hará".
"Veo difícil otra salida que no sea el cierre, la población habló claro y el IA ganó de forma rotunda", dijo Sara Olsvig, investigadora de la Universidad de Groenlandia y líder del partido entre 2014 y 2018.
Su postura sobre el proyecto es la principal causa del triunfo, que explica que haya ganado además la alcaldía en la zona afectada, pero el deseo de estabilidad de los groenlandeses tras años de escándalos y elecciones anticipadas fue clave, cree Olsvig.
Incertidumbre MINERA
El cierre del proyecto, en fase de audiencia pública, no implica el fin de la aventura minera de Groenlandia, considerando que el IA solo se opone a aquellos en los que se extraiga uranio y otros elementos radioactivos como material derivado.
Olsvig considera que el cierre no espantará a las mineras, que aceptaron en 2011 una cláusula que permite retirar un permiso de extracción si una mayoría política lo apoya.
El Parlamento groenlandés derogó en 2013 la prohibición de extraer materiales radioactivos como producto derivado por una estrecha mayoría, con el partido Siumut gobernando, un factor que Olsvig cree contribuyó a crear "inestabilidad" en la política minera.
El fin del proyecto de Kuannersuit y la correspondiente pérdida de ingresos suponen un freno a la independencia de Dinamarca, opción que defiende la mayoría de partidos, incluido el IA, aunque difieren en cómo y cuándo.
"La mayoría quiere ser independiente pero sin perder estándar de vida. En los últimos años ha dominado una retórica para fijar una fecha, pero los electores no piensan en una independencia para mañana, sino en que antes haya desarrollo económico y humano", dice Ulrik Pram, del Instituto Danés de Estudios Internacionales.
Olsvig propone un desarrollo "más sostenible y orgánico", para la minería que se centre en mejorar elementos del estado de bienestar como la educación.