Histórico déficit de funcionarios de la salud
La región vive una constante, que ha motivado medidas que podrían considerarse como de emergencia. Obligar a quedarse tres años y apelar a lo familiar son acciones de emergencia. El asunto es ¿cuándo será el día que el sistema de salud sea el que atraiga a profesionales?
Una deuda histórica que gobiernos de distintos sectores políticos han tenido con Atacama, sin duda es la falta de cantidad adecuada de funcionarios de la salud, especialmente especialistas. Un informe de Equifax lo volvió a confirmar, al mostrar que la región tiene un trabajador del rubro cada 50 habitantes y que es una de las zonas con menos especialistas.
A pesar de los esfuerzos y que ya se cuenta con una Facultad de Medicina, no parece ser suficiente y esto puede obedecer al poco atractivo laboral -y en eso no estamos hablando de sueldos, sino que de especialización-, diagnóstico que tiene claro el Servicio de Salud, pero que parece estar lejos de contar con vías de salida en lo inmediato.
Lo cierto es que en esta región se ha probado de todo. Desde lo público con programas de incentivos y desde lo privado con médicos que llegaron desde Argentina con una clínica, iniciativa que terminó desvaneciéndose con el paso de los años, sumándose a una larga lista de decepciones.
Lo ocurrido por décadas, finalmente termina por ir generando medidas desesperadas. El Servicio de Salud apuesta por el programa Periodo Asistencial Obligatorio (PAO) para cubrir las necesidades durante los próximos años, mientras que desde el Colegio Médico proponen la contratación de funcionarios de salud que tengan una pareja que sea profesional de este rubro.
Es decir, en el primer caso se recurre a establecer un mínimo de tres años de cumplimiento de labor, asunto que en democracias muy saludables no debiera ocurrir dado que es el sistema el que debe atraer a los profesionales y no obligarlos; mientras que en el segundo se apela a un tema familiar, donde se debe tener el máximo cuidado dado que es posible que en algún momento y en la desesperación esto se termine valorando más que incluso la capacidad profesional de los funcionarios.
Lo ocurrido con la red asistencial y privada de salud, también tiene que ver con la imagen de la región, que aún no es valorada como se debe. A pesar de sus bellas playas y tranquilidad, entre otros factores, sigue quedando la sensación que trabajar en Atacama no es tan deseable como en otros puntos del país, lo que requiere ser cambiado y en eso las autoridades deben realizar un trabajo integral, que ayude indirectamente a un sistema de salud que sigue con una deuda histórica.