Salud mental, el sistema público no escucha
Nos enfrentamos al cansancio sostenido, diferentes estados nerviosos desarrollados en el cotidiano, potenciados durante meses en que el vaivén de la pandemia ha invadido nuestras emociones, fomentando la emergencia de una serie de factores de riesgo a nivel físico y mental, que contribuyen a la aparición de enfermedades.
Ejemplo de ello es el aumento de la obesidad, enfermedades de salud mental, tabaquismo, aumento de consumo de alcohol, depresiones, entre otras. Con ello una serie de situaciones que de forma violenta han cruzado nuestras vidas durante este año, donde a pesar de la crisis sanitaria, el quehacer laboral, la diversificación de roles y los distintos procesos de adaptabilidad, han seguido desarrollándose de forma indistinta.
Sin duda hemos sido persistentes, desconociendo en la mayoría de los casos factores asociados a los cambios personales y sociales experimentados. Las situaciones de desequilibrio emocional presentes en nuestro organismo, al filo de exigencias mentales muchas veces autoimpuestas producto del cansancio, la presión, la necesidad de mantener el trabajo y de seguir el ritmo, nos provocan la aparición de afecciones psicosomáticas, que vinculadas al estrés, en la mayoría de los casos agudiza y exacerba las situaciones vividas.
El estrés impacta a todos por igual, no discrimina, no importa la edad, menos raza o nivel socioeconómico. Pero ¿dónde está la diferencia entonces?, se encuentra en el acceso a la salud mental chilena, donde quienes necesitan del sistema público no encuentran respuesta, donde la salud se ha transformado en un bien de consumo escaso para los que se encuentran en situaciones vulnerables, y de lograr salir de sus problemas lo harán desde la contención que otro/a en la misma situación les puede entregar, a través de la automedicación, del consejo en tanto a lo que le resulto al amigo/a, que por suerte consiguió una hora de atención de especialidad y que de forma solidaria repite el tratamiento, al que se accede sin prescripción médica, gatillando que la patología se postergue y agudice un desenlace complejo para la persona y sus cercanos.
La salud mental es una necesidad instalada, que hoy se vuelve más explícita que nunca. Nuestro deber es descubrir causas, formas de prevención y observarla, a partir de las dinámicas en el trabajo, la familia, las relaciones de afectivas de pareja, el contacto con los amigos. El estrés no es la enfermedad en si, tal vez es el síntoma que precede a una sintomatología aguda que, desemboca en el desequilibrio general del cuerpo.
Por ahí dicen que el cuerpo habla, la dificultad radica en el sistema público, que no escucha.
Samuel Erices Riquelme, académico de carrera de Trabajo Social UCEN
¿Regalar una Mascota para Navidad?
Sin duda esta Navidad será especial. Después de vivir un año marcado por la pandemia puede producir emoción recibir una mascota como regalo, sin embargo, debemos considerar que, si no se realiza de manera consciente y con información sobre lo que implica tener un animal en casa, podríamos pasar a ser responsables de un posible abandono o maltrato.
Antes de regalar una mascota debemos considerar que los miembros del hogar hayan reflexionado sobre las implicancias que conlleva tenerla. Todos deberán estar de acuerdo, pues esto los transformará en una familia multi especie, lo que significa que deberán incorporar y satisfacer las necesidades físicas y mentales del nuevo integrante, además de considerar márgenes económicos para tratamientos médicos o adecuación de la vivienda que permita brindar un apropiado bienestar animal.
Otro aspecto es que la mascota deberá adaptarse a su nuevo hogar, lo que requiere generar espacios de seguridad, tranquilidad y rutinas que faciliten la transición y compresión de su nuevo entorno, siendo el periodo de fiestas el menos adecuado debido a las reuniones familiares asociadas; incluso algunas organizaciones de protección animal restringen las adopciones durante esta fecha, ya que enfatizan de que los animales no son objetos, por lo tanto, no deberían ser entregados como "regalos" impulsivamente en Navidad.
Correcto o no, es una decisión que debe ser bien evaluada, ya que nuestra legislación impone a los dueños de animales, obligaciones y responsabilidades que deben ser asumidas desde el primer día que llega la mascota al hogar.
Jacqueline Zavala, académica Medicina Veterinaria U. de Las Américas