Porfiado, rencoroso y vengativo, a Donald Trump nunca le falta creatividad. El lunes pasado los colegios electorales en los 50 estados cerraron el proceso y dieron por triunfador a Joe Biden. Pero en la Casa Banca todavía no acusan el golpe. Al contrario. Trump decidió despedir a William Burr, Fiscal General hasta ahora y quien fue leal hasta la obsecuencia pero que no avaló las denuncias de "fraude" en la votación.
Tampoco le creyeron a Trump sus acusaciones sin pruebas, decenas de funcionarios judiciales y -muy fundamentalmente- la conservadora Corte Suprema.
A pesar de ello. subsiste una rebuscada maniobra para que Trump no lo pierda todo. Tras una seguidilla de perdones presidenciales para favorecer a sus cercanos, ahora estaría pensando en dejar anticipadamente la Presidencia. En ese caso, asumiría brevemente el Vicepresidente Mike Pence quien debería cerrar el gobierno y -lo más importante- podría otorgarle a Trump el perdón por los cargos federales que enfrenta y que no se puede entregar a sí mismo.
Ante esta posibilidad, habló la procuradora general de Nueva York, Letitia James. Según ella, si Trump recibe un indulto de este tipo a nivel federal, no quedaría exento de enfrentar cargos por delitos en el estado de Nueva York. En ese caso se bloquearía cualquier intento de regresar al poder en cuatro años más.
Por ahora, lo que persiste es la sorprendente capacidad de Trump de poner literalmente en pie de guerra a sus seguidores, que siguen pensando que es el mejor presidente de la historia. No les importa el mal manejo del Covid-19 y los patéticos esfuerzos por ganar la elección por secretaría. Es posible que su imagen mejore con la entrega de vacunas. Más importante, en cambio, es el temor a una crisis de la idea misma de la democracia.
Trump aprovechó bien la revolución tecnológica. Internet y las redes sociales, permiten que cada persona, desafíe impunemente al mundo entero y sus instituciones. El abuso -mentiras y exageraciones irresponsables- puede poner en peligro la subsistencia misma de la democracia.
Es el populismo en su peor expresión, convertido en pandemia.
Hasta ahora, no tenemos vacuna.
Abraham Santibáñez
Premio Nacional de Periodismo 2015