El Observatorio de Opinión Pública Santo Tomás Copiapó realizó un estudio "sobre el proceso constituyente en Copiapó", que reveló cuáles son los atributos y experticias de quiénes deben redactar la Constitución, como también los temas más relevantes que deben estar en la nueva Carta Magna. Los resultados son interesantes. Antes y después del Plebiscito se había instalado una idea pesimista en el sentido que la población le daría a la elección de los constituyentes, pero la encuesta mostró que hay una "altura de miras", dado que la mayoría cree que no importa el "quién" saldrá elegido, sino que sus ideas y que, bajo ese contexto, son los expertos y técnicos los que en su mayoría deben hacerse cargo del proceso.
No hay sesgos ni ideologías que marquen a los electores y eso será fundamental en la creación de este nuevo Chile, dado que están argumentando desde el raciocinio. Que más meritorio que un experto y que la idea se impongan por sobre la ideología y el populismo, lo que entrega mucha esperanza de cara a un proceso histórico y del que se requiere la mayor delicadeza. No está demás destacar también que dirigentes de movimientos sociales y pueblos originarios siguen en ese listado, aunque hay que ser claros: quienes estén vinculados a la mala política no pueden ser parte.
De todas formas y aunque suena lindo lo que se registró en la encuesta, esto requiere ser llevado a la práctica de tal forma que no cause decepción en las personas.
En cuanto a los temas más relevantes que deben tener una Constitución, aparecen en el "Top 3" la salud pública, educación y el agua como uso de bien público, lo que no es sorpresa al menos en Copiapó donde la escasez hídrica está constantemente en la agenda.
Algo que no se vio en la encuesta, pero sí se ha conocido en distintos sectores es que la redacción de la nueva Carta Magna tiene un sentido más trascendente que cortoplacista. Y es que en distintos sectores, varios vulnerables, se ha instalado la idea que los beneficiados con los eventuales ajustes y cambios serán las futuras generaciones, derribando el pensamiento que se le quiere atribuir a la población sobre que busca una solución inmediata a todo.
El pensar que los hijos, nietos o bisnietos puedan tener un país más justo, muestra empatía, seriedad e incluso sacrificio por las nuevas generaciones, lo que debe ser valorado dado que en estos tiempos el egoísmo y el individualismo se han transformado en los peores consejeros.
