"Con un rebrote va a ser imposible la reactivación del turismo en el verano"
Convención, economía y virus, medidas ante la crisis y pobreza pospandemia, son algunos de los temas que aborda.
"Esto es autoinfligido, no tengo derecho a queja", dice con humor Andrea Repetto, quien debe acomodar su agenda diaria entre su cargo como presidenta de la Fundación para la Superación de la Pobreza, académica de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez y recientemente como una de las coordinadoras de Independientes No Neutrales, movimiento que pretende colocar a sus candidatos (unos 60, según estiman) en la Convención Constitucional que redactará la nueva Carta Fundamental.
La ingeniera comercial de la PUC y doctora en Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) está involucrada a concho con el momento especial que vive el país por la expectación ante el proceso constituyente, pero también está atenta a los efectos de la pandemia y a la reactivación económica. Por eso estuvo pendiente del despacho de la ley que fija los requisitos para la incorporación de independientes a las elecciones del próximo 11 de abril que ayer promulgó el Presidente Piñera.
-¿Quedó conforme con cómo salió la ley?
-Estábamos esperando hace mucho tiempo que saliera esto. Toda la discusión, tanto en la Cámara como en el Senado, iba en esta dirección. Lo lamentable es cuánto se demoró. Estuvo un mes en el Senado sin discutirse. Estamos contentos de que haya salido, pero no deja de llamar la atención el poco tiempo que nos están dejando para poder hacer el trabajo de candidaturas (deben inscribirse hasta el 11 de enero).
-¿Cómo se explica esta demora?
-Hay distintas hipótesis. Una es que han estado ocupados (en el Congreso). Con el 10%, los escaños reservados y otros temas que también han estado conversando y discutiendo. Pero también creo que es parte de eso, falta de voluntad para que los independientes puedan participar. Igual la cancha quedó dispareja. Hay condiciones que son más restrictivas para nosotros, por ejemplo, la posibilidad de realizar pactos, cosa que sólo los partidos pueden hacer. Es válido pensar que no existió la voluntad de que los independientes puedan ser competitivos realmente.
-¿Es viable el piso de firmas de 0,2% del padrón electoral?
-Depende, hay muchas organizaciones independientes que quieren enviar candidatos. Esto va a ser una muestra de qué capacidad tienen para convocar. A mí me parece razonable que tengan que pedir firmas, pero en todo caso es más de lo que se pide para formar un partido político. Nosotros estamos en condiciones de reunir firmar en un número importante de distritos para ser competitivos. Hay que juntar fuerzas y estamos en conversaciones con otros grupos diversos, viendo las posibilidades de reunir nuestras fuerzas en listas de independientes.
-¿Como se define un independiente no neutral?
-Somos un grupo diverso, transversal, comprometidos con lo público, con trayectorias desde las organizaciones sociales, organizaciones de base, de la academia, trabajando en temas que creemos que son relevantes para el país en el futuro, como la exclusión, en discapacidad, en medio ambiente, cultura, género. Lo que estamos buscando es llevar personas diversas a la Convención para llevar nuestras ideas. La idea central es la de igual dignidad, el reconocimiento a la diversidad en todos estos ámbitos, independiente es no estar inscrito en un partido político. No neutral es la visión que tenemos de esto.
Reactivación y pandemia
-¿En qué momento estamos de la crisis económica?
-Hay mucha incertidumbre todavía respecto de cómo viene la economía hacia adelante. La economía ha comenzado a mostrar algunos signos de recuperación y hay varios motivos para eso. Está la propia reapertura. Las zonas en cuarentena se han reducido, aunque algunas están yendo y viniendo. También están los programas públicos que está tratando de impulsar el Gobierno, la reintegración de los trabajadores suspendidos; el retiro del 10%, que ha significado un impulso, y también algo de lo que no se ha hablado mucho: hemos tenido un mayor aprendizaje de cómo convivir con el virus. Hemos ido aprendiendo a realizar una actividad económica de una manera que puede ser compatible con la presencia del virus, con mayor lavado de manos, mascarillas, distanciamiento social. Todo eso ha potenciado la recuperación, pero es incierta, porque estamos hablando de rebrotes.
-¿Cómo evalúa las medidas tomadas por el Gobierno?
-Yo creo que el Gobierno está un poco desbalanceado en su plan. Primero, es central tener todo el sistema de trazabilidad funcionando muy muy bien, sobre todo si el propio Gobierno está preocupado de un rebrote de aquí hacia enero. Tiene que haber un sistema de trazabilidad muy seguro, muy firme, funcionando. Creo que ahí hay una oportunidad que se ha perdido, que es la de tener empleos de emergencia, aunque en el país hay una cierta reticencia a tenerlos. Es cierto que en el pasado algunos de estos se convirtieron en permanentes, y no es la idea, pero hay una circunstancia de posibilidad de entregar empleos de alto valor a personas que han perdido sus empleos y que puedan además aprovechar de tener un reentrenamiento que les ayude en el futuro, como por ejemplo apoyar la trazabilidad, call centers. Por ahí hay uno de los temas en que el Gobierno se ha quedado corto. Otro creo que es apoyar sectores que se van a seguir demorando en activarse, que no van a responder a los estímulos fiscales de la reactivación, a los subsidios del empleo, al plan de infraestructura grande. Estoy pensando en el turismo en el verano, con un rebrote va a ser imposible. No importa cuántos recursos ponga el Gobierno, simplemente no van a responder.
-¿Y el retiro del 10%?
-Lo que me preocupa son dos cosas, que de alguna manera es entregar algunos principios que nunca pensé que el mundo de la centroizquierda iba a entregar. Uno, reforzar la idea de que cada uno se las tiene que arreglar por sí solo, sin solidaridad. Y por el otro lado que los impuestos tienen que ser progresivos, que mientras mejor te haya ido, puedes colaborar más en términos globales. Yo creo que el gobierno se demoró mucho, tomó palco, miró con distancia, se demoró en ofrecer soluciones y llegó tarde al primer retiro.
-Si llega un rebrote, como se proyecta, ¿cómo debiera enfrentarse desde las políticas de apoyo económico?
-Lo primero es tratar de evitar esa segunda ola. Y por eso es central el esfuerzo de trazabilidad y de los mensajes que se dan a la ciudadanía. Y luego hay que estar muy disponibles en ser rápidos en entregar los aportes. Parte de lo que nos sucedió es que los apoyos fueron diseñados pensando en una situación de contagios que iba a ser muy corta. Por tanto, los apoyos fueron pequeños, para pocas personas, se diseñaron para retirarse muy rápido y se demoraron mucho. Si uno escucha al mismo Presidente Piñera en el inicio de la pandemia, hablaba de que el peak de contagios iba a ser a fines de abril, principios de mayo, y que íbamos a volver a trabajar. Incluso se habló del cafecito que nos íbamos a tomar con los amigos y el peak cayó en junio. En el intertanto nos quedamos cortos con las políticas sociales, cortos con los apoyos a las familias. Se han entregado aportes a muchas familias, un número muy grande, pero no es una gran cantidad de recursos. Uno pudo haber organizado esto de forma más rápida, más fácil, pero ya se hizo y ahora podemos aprender.
-Hay muchos temas en la mesa: Constitución, recuperación económica, pensiones, pandemia. ¿Por dónde se prioriza?
-La emergencia es la emergencia, eso es lo que hay que priorizar. Hay que cuidar la salud de las familias y combinar eso con que tengan la tranquilidad de la certidumbre de dos cosas, que a final de mes van a poder financiar sus gastos más necesarios, van a poder pagar sus arriendos, dividendos, la luz, el agua, el gas, alimentación, las telecomunicaciones, que son tan importantes ahora. Y que cuando eso acabe, sus empleos van a estar todavía ahí, que no van a perderlos. Son certidumbres que hay que tratar de dar hoy día con las herramientas de política fiscal y política social.
-¿Cómo será la pobreza pospandemia?
-Lo que ha demostrado la pandemia es cuán vulnerable es una parte importante de la ciudadanía. En el país la pérdida de empleo es una pérdida que va a más allá de los ingresos. Tiene consecuencias más subjetivas y que tienen implicancias entre otras cosas, en términos de salud mental. El empleo, más que ingresos a las personas, es dignidad, es un espacio para colaborar con otros, para desarrollarse uno mismo. Vamos a tener que preocuparnos de eso en el futuro. Uno de los mayores esfuerzos que tenemos que hacer es que no se pierdan empleos, ninguno.