Ingreso de turistas extranjeros
El Gobierno entregó las condiciones de reapertura, que dejan dudas y aprensiones. Se requiere al menos realizar un PCR en territorio nacional. Si hay un "ejército" de fiscalizadores, no habría problemas, pero eso es poco probable. Por otra parte, se trata de personas con alta movilidad y, por ende, con mayor dificultad para trazar.
El lunes 23 de noviembre el aeropuerto Arturo Merino Benítez comenzará a recibir a turistas extranjeros. Solo ese terminal estará facultado para proceder al ingreso de visitantes, los que luego deberán tomar una serie de medidas para seguir su trazabilidad y de no hacerlo se exponen a varias multas y costos.
Si bien se entiende que el Gobierno busca levantar la industria y que empresarios y trabajadores necesitan del turista extranjero, el plan genera muchas dudas y deja muchos aspectos demasiado sueltos.
La declaración jurada que se obtiene en el c19.cl no genera ninguna seguridad de que varios datos puestos por las personas sean ciertos y, para peor, es imposible castigar si se omite o se miente respecto a alguno de los antecedentes.
La primera "barrera" ya es obsoleta y la "segunda" tampoco da seguridad plena. Los turistas deberán ingresar con un examen PCR negativo que sea emitido por un laboratorio certificado por la Autoridad Sanitaria local donde se originó el viaje, lo que implica confiar en los mecanismos y ordenamiento de otros países, y, por ende, puede conducir a errores e incluso irregularidades. Hace poco el nuevo técnico de la Universidad de Chile, Rafael Dudamel, llegó al país con un PCR negativo y tras el examen realizado en Chile dio positivo. Él llegó por trabajo, pero en el ámbito turístico no se exige y pueden pasar con un testeo erróneo o hasta con papeles irregulares.
La tercera "barrera" es que los turistas informen diariamente su estado de salud, lo que deja muchas interrogantes. Podría ser a través de una aplicación, dado que esta herramienta supone un lugar común para personas de todo el mundo y porque por vía telefónica el idioma puede ser una traba. Pero ¿están las herramientas para hacer una buena app? ¿está el personal suficiente para atender a las 300 mil personas que podrían llegar hasta fin de año? Se necesitaría un "ejército" para atender requerimientos de viajeros de habitantes del país.
Por otra parte, ¿cómo hacer el seguimiento a personas que tienen una alta movilidad dentro del territorio? Los turistas perfectamente pueden dar una dirección y luego cambiarse de hotel, hostal, ciudad o de región sin dejar rastro con lo que la amenaza de multa queda reducida a nada. Qué pasa con quienes dicen que irán a un lugar sin señal ¿tendrán que mandar señales de humo?
La trazabilidad es difícil ya para un país e incluso una ciudad y lo puede ser más con personas que tienen mil excusas para no cumplir con los protocolos. Por ello, es indispensable que se les hagan controles PCR en el país, tal como sucede con otras personas que vienen por trabajo u otros ámbitos.