Chacota política que no conoce fronteras
Si alguien pensó que Donald Trump era el único en romper cualquier límite y que el personaje se haya apoderado de la persona, se equivocó.
La chacota política, el populismo y el fanatismo no conoce fronteras ni ideológicas, ni partidistas ni geográficas y está tomando un avance que requiere un párele por el bien de todos. En Estados Unidos estas características las hemos podido encontrar en Donald Trump, que por años basó su Gobierno en las fake news, en atacar sin pruebas y, por ello, no era nada de extrañar lo que actualmente ocurre con su derrota electoral con acciones que ya rompen los límites y que perjudican la democracia y la institucionalidad de una potencia mundial.
Pero estas características no son propias de una persona, sino que son más amplias. La chacota política traspasa fronteras geográficas, partidistas e ideológicas, instalándose en distintos puntos como Chile.
En el país, está el caso de la diputada Pamela Jiles, quien no es de Derecha, pero que tal como Trump, tiene una especie de personaje que termina apoderándose de la persona y con ello una escalada de declaraciones, acciones y hasta cierto fanatismo que no para de sorprender.
Cuando aún no se aprueba el segundo retiro, dijo tener redactado un tercero, declaraciones que desperfilan y transmutan la iniciativa y que más bien se podrían entender en un excesivo protagonismo, algo muy común en política, pero que en esta ocasión se relaciona con un tema muy delicado como son las pensiones. "Vamos por Briones", también dijo a propósito de la idea de redactar una acusación constitucional contra el ministro de Hacienda, asunto que fue rechazado por gran parte de la Oposición incluso del Frente Amplio. "Yo creo que es tiempo de terminar con la chacota en la política", expresó el diputado de Revolución Democrática, Pablo Vidal.
No es lo único. Hace unas semanas, el Gobierno decretó estado de emergencia preventivo por incendios forestales resolución que tenía dos documentos. La diputada en su Twitter publicó solo uno de estos, lo que provocó una serie de especulaciones y temores a medidas gubernamentales de seguridad dado que se habla de un "estado de emergencia". Jiles borró el tuit, pero igualmente ya cientos o miles de personas se quedaron con una idea falaz respecto a ese decreto y, de paso, quedó en evidencia la ignorancia geográfica. Varios cuestionaron que en Atacama no podía haber incendios forestales al estar en el desierto, cuando todo atacameño o habitante de la región bien sabe que estos son comunes.
Trump llegó demasiado lejos al querer aferrarse del poder y el futuro de Estados Unidos es incierto, y al menos en Chile no se han cruzado estos límites. Pero la imprudencia, irresponsabilidad o ganas de figurar de Jiles son acciones que tienen una caja de resonancia de la que hay que estar atentos a propósito que también ya figura como presidenciable en las encuestas.