Alrededor de las 14.30 horas del jueves 5 de agosto, un derrumbe dejó a 720 metros de profundidad a 33 mineros en la Mina San José. La tragedia parecía inminente, sin embargo, al pasar las horas, los familiares de los trabajadores comenzaron a acampar afuera del lugar, presionando a las autoridades a realizar una búsqueda, siempre con la esperanza de que sus seres queridos estuvieran vivos. Precisamente así fue llamado el campamento que se formó durante esos días: Campamento Esperanza.
La presión fue tal, que a los días debieron llegar al lugar representantes del gobierno, encabezado por el ministro de Minería Laurence Golborne, quienes comenzaron la búsqueda.
Pasaron los días y los esfuerzos por llegar al lugar se complicaban, donde en un momento las esperanzas se diluían al ver como las sondas con las que realizaban excavaciones se desviaban o se hacían trizas.
En ese momento, el ministro se mostró pesimista frente al escenario en que se encontraban, pero de frente se topó con la determinación de los familiares quienes furiosos siguieron presionando por la búsqueda, y que además, estaban seguros que debajo de sus pies, seguía existiendo la vida.
Los días en continua búsqueda les dio la razón, ya que el domingo 22 de agosto, la sonda 10B rompió el techo del refugio donde sobrevivían los mineros, quienes dieron cuatro golpes que fueron escuchados por el operador que estaba arriba. Y rápidamente utilizaron su astucia pintando la máquina de color rojo y dejando el papel histórico que anunciaba la buena noticia "estamos bien los 33".
"Viven" tituló El Diario de Atacama con la fotografía de los 33 atrapados, mientras que en el campamento comenzaban las operaciones para sacarlos desde el fondo de la tierra. Fue en eso que Atacama se convirtió en el centro de atención mundial, y llenó todo cupo de hospedaje con la llegada de periodistas y equipos de prensa de todo el mundo.
Luego de meses encerrados, el rescate llegó el 13 de octubre, ante la mirada expectante de personas de todos los continentes y con cerca de 1.300 espectadores siguiendo la salida de los mineros.
Fue tal magnitud de la transmisión televisiva que en cantidad de espectadores solo es superada por el funeral de Michael Jackson y la llegada del hombre a la Luna.
La producción fue tal, que fue transmitido en vivo desde el momento en que Florencio Ávalos se despidió de sus compañeros, durante todo el trayecto, hasta que logró llegar a la superficie a las 00.10 horas. Fue el primero en salir.
El procesó que duró 24 horas, quedó marcado como el gran hito noticioso vivido en la Región de Atacama.