Hace diez años ¿quién iba a pensar que en Chile habría un estallido social? Muy pocos. ¿Quién habría pensado que viviríamos una pandemia como la actual? Muy pocos o casi nadie. ¿Quién pensaría que finalmente parte de los fondos de las AFP serían sacados? Muy pocos. Los factores descritos tienen algo muy en común, que nos muestran cuán poco preparados estamos por la costumbre, la normalidad y pensar que todo está bien, cuando falta mucho por hacer o pensar que cuando las cosas que están mal se arreglan solas. Partimos con los hechos que vinieron tras el 18 de octubre con un grado de sorpresa de varios sectores, dado que Chile era calificado incluso internacionalmente como un país "modelo" y por ende lejano a lo que vivimos en los últimos meses. Luego la crisis sanitaria, que veíamos lejana allá en China, pero finalmente llegó y dando un sinnúmero de lecciones que pasaron por no ser triunfalistas y creer en aquellos que advertían, sin mucha difusión, que animales como murciélagos podían ser vectores de estos virus.
Lo de las AFP, negado incluso hace unos años por parlamentarios de centro izquierda, terminó siendo la solución por el choque entre ambas crisis, demostrando que cualquier modelo o sistema puede sufrir modificaciones incluso impulsados desde sus más duros defensores, en este caso parlamentarios de la Derecha.
La lección es no quedarnos atornillados a viejas ideas y si algo parece estar bien, revisarlo. La revolución pingüina de comienzos del siglo XXI no partió por una crisis total, sino que por querer mejorar el modelo buscando -al menos en el discurso- nivelar para arriba y llegando a sitios que eran impensados como que gobiernos tomaran medidas a partir de sus peticiones.
La lección es pensar que estos temas son cíclicos y que la gran mayoría de las cosas no tienen certezas en el tiempo. No es la primera crisis social en Chile ni el mundo, tampoco la primera pandemia, ni tampoco las AFP son el primer modelo tocado en la historia.
Hay un viejo dicho atribuido a Benjamin Franklin, uno de los fundadores de Estados Unidos, y ocupado ampliamente por filósofos, políticos y hasta cineastas que dice que "la muerte y los impuestos son las dos únicas cosas completamente ciertas en la vida".
Parece venir al caso en momentos que suceden tantos cambios impensados en Chile y que podrían seguir ocurriendo.