Los porfiados (según la RAE) y el temido rebrote
Es bueno que sepan los porfiados, para llamarlos como lo diría la RAE, que repetidamente no hacen caso de las reglas impuestas en medio de esta cruda pandemia a nivel mundial, que a la fecha ha cobrado miles y miles de víctimas fatales, en particular en Chile, más de cinco mil, que no solamente le están haciendo la pega más fácil al microscópico virus para propagarse sin control, sino que están lamentablemente construyendo las funestas bases para algo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) teme en extremo que llegue a ocurrir, que no es, ni más, ni menos, que el rebrote del COVID 19, es cosa de ver lo que ocurre hoy en el mundo, en Chile, en nuestra ciudad, en nuestras propias familias con la actual versión del COVID 19, por lo que no necesitamos tener mucha imaginación, para intuir lo que podría ocurrir con una versión mejorada del citado virus, porque es bueno que estos desadaptados sepan, que los virus mutan, cambian sus estructuras, en la medida que se vean amenazada su sobrevivencia, en simples palabras, significa que un rebrote del COVID 19 con nueva estructura, es botar al tacho de la basura todos los esfuerzos por hallar la soñada vacuna, es partir de cero, nada podría ser peor, en estos momentos, el que haya un rebrote del COVID 19, sería un alargue de cuarentenas, de toques de queda, de rebuscar nuevas vacunas, pero nada, absolutamente nada es más fundamental para evitar su temido up-grade, que el mancomunar la voluntad y el esfuerzo de todos los seres humanos, insistir en sus incomprensibles actitudes, anti- natura, podría llevarnos a ser testigos, "sin querer queriendo", como decía el Chavo del 8, del principio del ocaso de la raza humana y por cuenta de un enemigo, que solo puede ser visto bajo un microscopio electrónico y que tiene como sus mejores aliados a muchos de los nuestros, que para la RAE son porfiados, aunque para muchos, entre los que me incluyo, tiene otros nombres con sus respectivos adjetivos....
Luis Enrique Soler Milla
La nueva era del teletrabajo
Ninguno de nosotros está ajeno a lo que en Chile y el mundo está ocurriendo. Dentro de todo lo que hemos vivido, la pandemia por COVID-19 ha significado también el cambio de rutina para todas las personas, de cualquier edad, profesión y situación.
Ante la posibilidad de un contagio por exposición, algunas empresas han optado, voluntaria o involuntariamente, por sumarse al teletrabajo, lo que ha significado una reorganización en cuanto a la forma de trabajar de sus colaboradores, los tiempos, las facilidades de espacio, la coordinación y el manejo de herramientas, a veces, muy ajenas a la realidad.
La urgencia, además, ha impedido muchas veces la correcta organización de los equipos, entendible por las presiones y complicaciones que cada uno está viviendo personalmente.
Por esto, y debido a la forma en que se re organizará la sociedad a futuro, es necesario tener en cuenta que hay luces de que el teletrabajo llegó para quedarse, y que no es solo una solución momentánea en épocas de pandemia. Para esto, hay que estar preparados.
Incluso antes del COVID-19, en América Latina el trabajo remoto había crecido exponencialmente durante los últimos años. Esto, debido a las nuevas tecnologías que se han sumado, como el Internet de las cosas (IoT), la Robotización, el Cloud Computing, Big Data, y los espacios de coworking, que han ayudado al crecimiento de la industria y a la expansión laboral en general, impulsados por la calidad de vida, movilidad y conexión exigidas en los últimos años.
Actualmente, si bien esta forma de trabajo se ha utilizado como una medida rápida y medianamente eficaz para muchos sectores, podemos ver que nos enfrentamos a una nueva era del teletrabajo, y para que esto se mantenga en el tiempo y genere consecuencias positivas en los negocios y empresas, se debe crear mayor cultura de innovación, dándole énfasis a la ciberseguridad y a la mejora los procesos para el correcto funcionamiento de las herramientas disponibles. Esto incluye llevar a cabo una transformación hacia la automatización de flujos y procesos a través de la digitalización de las empresas, para una mayor eficiencia y precisión. Además, es esencial la creación y uso de redes y conexiones eficaces a través de vanguardia tecnológica. Un ejemplo de esto es Google Cloud con su producto G Suite, que incrementa la productividad y reduce los costos de las empresas a través de herramientas online para mensajería y colaboración 100% seguras, o Microsoft 365, que permite y promueve el pago por uso en base a la necesidad de negocio en vez del precio completo por la adquisición del producto.
El camino es largo, pero no en vano. La necesidad de generar soportes tecnológicos, el incremento del uso de la nube y la buena comunicación virtual dentro de una empresa, se transformarán en el motor de una buena y nueva forma de trabajar que se ajusta a los nuevos tiempos, y todas las empresas deberían considerarlo en un futuro no muy lejano como uno de los alineamientos clave de su organización.
Alberto Castañeda, Gerente General Regional Soluciones Orión.