Cambios en BancoEstado
La desconfianza a la aplicación y los trámites web, sumado a la idea de acelerar créditos Fogape suponen una tarea que quizás el nuevo presidente, Sebastián Sichel, no pueda cumplir en corto plazo. BancoEstado puede que haya quedado atrás en su modernización y suma el desbalance por la Cuenta RUT. ¿Podrá en el corto plazo convertirse en una entidad con herramientas modernas y de fácil uso?
Durante la semana pasada BancoEstado volvió a recibir cuestionamientos de miles de clientes que realizan sus trámites en Internet, luego que un video informara de un supuesto hackeo en la aplicación que fue desmentido por la entidad estatal.
Si bien BancoEstado aclaró la situación, la desconfianza quedó dando vuelta en el ambiente dado otros acontecimientos vinculados a estas operaciones y que lo han puesto en un escenario desagradable en pandemia, recibiendo críticas de todos los sectores.
Hoy hacer un trámite puede ser un dolor de cabeza y los comentarios en torno a situaciones como supuestos descuentos en las cuentas que después son devueltos, se reproducen en conversaciones de la comunidad atacameña y del país.
A la presidencia llegó Sebastián Sichel, otrora ministro de Desarrollo Social, quien tiene una tarea titánica como es transformar una herramienta ineficiente y que no colabora en evitar salir a la calle para hacer operaciones en alguna sucursal, en una que sea de plena confianza, moderna y de fácil uso, especialmente para los adultos mayores.
Quedan interrogantes en cómo lo hará y si tendrá los recursos suficientes. Cuesta creer que todos los problemas de este año hayan pasado por la gestión del expresidente de BancoEstado, Arturo Tagle, a quien no solamente se apunta por las operaciones, sino que por la lenta entrega de créditos Fogape.
BancoEstado parece tener problemas más de fondo. En enero de 2019 informó que tenía un déficit de $10 mil millones a 2018 por el servicio de Cuenta RUT y hasta ahora se desconoce el estado actual de ese monto, pero lo cierto es que es una cifra importante y que puede reflejar los problemas de gestión propios de una entidad que requiere un sello social y que con la llegada de Sichel pretende fortalecer, pero que también deber ser manejada con prudencia para evitar descalabros.
El ex ministro de Desarrollo Social tiene poco tiempo para armonizar diversos y complejos aspectos. Difícil tarea tiene por delante y por ello no es descartable que deba priorizar unos temas por sobre otros, sin solucionar todo en el corto plazo.