Gestión emocional en el trabajo
Señor director: Desde mediados de marzo los chilenos estamos aprendiendo a convivir con el coronavirus. La llamada "nueva normalidad" ha generado cambios en la manera de convivir, de trabajar y de hacer empresa; también estrés y ansiedad ante la incertidumbre y fragilidad emocional propia y en los equipos de trabajo.
Tanto así que, durante el primer trimestre de este año, las licencias médicas por salud mental aumentaron en un 16%.
Desde 1995, con los estudios de Daniel Goleman, tenemos evidencia de que la gestión emocional juega un rol relevante en el mundo organizacional y en el ejercicio del liderazgo. Sin embargo, en este contexto se hace más clave que nunca para afrontar esta crisis con mayor efectividad. Se ha convertido en una competencia directiva necesaria para la contención individual y de los equipos.
Hoy es el momento de que cada uno de nosotros, y en especial los líderes de los equipos, nos hagamos cargo de nuestra gestión emocional de forma diaria para luego poder actuar con empatía, comprensión y paciencia en nuestro entorno de trabajo. En ese sentido, las organizaciones tienen la oportunidad de poner a las personas en el centro de su modelo de negocio, mejorar su bienestar y el desarrollo de sus habilidades y competencias para enfrentar los escenarios desafiantes que se nos vienen este año.
Pablo Fuenzalida, coach y socio fundador de Dinámicas Humanas
La volatilidad de la crisis y los fondos de pensiones
El 2020 será un año que de seguro nadie olvidará por los enormes efectos que la pandemia de coronavirus está ejerciendo en la economía mundial. Los primeros tres meses han visto al mercado financiero en franca caída (Bear market), con pérdidas entre enero y marzo de hasta -25% en las principales bolsas del mundo. Estas caídas se dieron por las medidas de cuarentena y la pérdida de millones de puestos de trabajo, con sectores como el turismo y las aerolíneas en un profundo deterioro.
Para mitigar estos efectos, los Bancos Centrales a nivel global comenzaron un programa de estímulos monetarios que sólo en Estados Unidos supera los US$ 2 billones, principalmente en compra de bonos para suplir la falta de demanda. Esto, junto a las medidas de desconfinamiento en Europa, Asia y EE.UU., permitan a esas plazas recuperar gran parte todo lo perdido. El sector tecnológico, incluso, ha alcanzado nuevos máximos históricos en la segunda semana de junio (Bull market).
Los inversionistas se debaten entre la oportunidad de comprar acciones a precios históricamente bajos, mientras otros piden esperar y poner atención a los altos niveles de deuda de los países debido a los estímulos y a la fragilidad del empleo.
Ante este escenario inusual de bastante volatilidad nadie puede hacer una proyección con total seguridad de lo que va pasar en el mediano plazo. Por lo tanto, estadísticamente es mucho más probable ser rentable en los mercados financieros, invirtiendo en el corto plazo (diario) que en el mediano. Pero si a pesar de la volatilidad reinante la idea es invertir en el mediano plazo, los sectores más atractivos son el de tecnología y salud. ¿Cómo afecta esto al bolsillo de los chilenos? Uno de los aspectos más relevantes tiene relación con el sistema de AFP. En un escenario incierto donde vemos una disociación entre la economía real con datos económicos negativos, pero los mercados financieros suben por los estímulos monetarios de los Bancos Centrales, en cualquier momento podríamos ver fuertes caídas. Así, a las personas sobre 55 años se recomienda mantenerse en los fondos más conservadores (D y E), ya que de darse una fuerte corrección -que podría superar el 30%- probablemente no lograrían recuperar esa pérdida hasta el momento de su jubilación. En cambio, para el grupo bajo los 40 años, pueden diversificar sus fondos con 50% en el A, aprovechando la tendencia alcista actual, pero de alta volatilidad, y el restante 50% en el E. Así, en caso que se dé esta caída, protegen parte del capital, y como están más alejados de su jubilación, tendrán el tiempo suficiente para recuperar esas pérdidas. Para el rango entre 40-55 años se recomienda 50% en el fondo C y 50% en el E.
Carlos Quezada, analista senior de Libertex
Postnatal de emergencia
Debido a la pandemia por Covid-19, muchas madres tienen riesgo de contagio al abandonar sus hogares, reintegrarse al trabajo y con esto, además, exponer a sus bebés. Sin embargo, la extensión del pre y postnatal no beneficia directamente a los grupos vulnerables ni tampoco abarca a quienes más lo necesitan. La imposibilidad de contar con redes de apoyo formales (salas cunas cerradas) e informales (familiares) para el cuidado de niñas y niños, no son solo afecta a las madres que están terminando su postnatal, sino que la realidad de las familias chilenas hace que padres, cuidadores y mujeres con trabajo informal también se vean obligados a trabajar presencialmente siendo un riesgo latente para los niños, sin ser cubierto por el post natal de emergencia.
Más allá de los problemas o la necesidad rápida de tener un proyecto que resuelva el problema, es fundamental contar con las herramientas para entregar el apoyo mayoritario a las familias chilena y no sólo a una porción de ellas.
Soledad Rodríguez