Cuál puede ser la razón, motivo o circunstancia de que personas se expongan a contraer el corovarirus sabiendo que pueden caer enfermas, mandarlas al hospital o incluso matarlas, o también que alguien de su familia sea infectado y tenga consecuencias graves.
La pregunta es digna de análisis sociológicos y quizás sea un tema difícil de resolver a corto plazo. Sin embargo, lo cierto es que hay un componente muy importante como es el querer volver a la normalidad... o la "nueva normalidad".
Los seres humanos desde que tienen cierta edad buscan explorar el mundo y eso implica dejar el encierro. Eso ocurrirá para los más cuidadosos, los medianamente cuidados y los menos cuidadosos en evitar el contagio, dado que siempre llega el momento de salir de aquella rutina tan agobiante.
Sentándonos en esta base, podemos decir que tenemos, si lo llevamos a materia futbolística, un partido con las condiciones en contra. La cancha la tenemos equiparada con quienes han fomentado las buenas prácticas para evitar el coronavirus, pero a medida que pasa el tiempo éstas pueden quedar en el olvido o ser realizadas de manera no adecuada.
La persona que se lavó sagradamente las manos 30 segundos al comienzo de la pandemia puede que no lo vuelva a hacer dado que en su vida no era una práctica común volviendo a sus viejas costumbres; la persona que respetó la distancia social desde el primer caso en Chile quizás ya no lo haga hoy; aquel que al principio escuchaba a las autoridades ahora no lo hace entre tanta confusión y la tienda que tenía estrictas medidas de seguridad va relajando los controles y puede dejar que las personas no estén separadas por un metro y medio.
Podríamos decir que tras meses o semanas de tensión se produce una relajación o regresan aquellas viejas costumbres. Si le sumamos la pérdida de temor de ciertos sectores de la población y la falta de conexión con las autoridades, podríamos decir que entramos en una etapa muy, pero muy peligrosa para todos, dados que estamos en pleno peak de la pandemia y junio sería el mes más complicado.
¿Qué se debe hacer? ¿dar mensajes duros como los jefe de la Defensa de Arica y Parinacota que hace unos días trató de "burros" a los que no cumplen las medidas? ¿acciones más duras como cuarentenas apenas haya brotes?
Quizás en algún momento los habitantes de esta larga y angosta faja de tierra fueron disciplinados, pero el paso del tiempo hizo lo inevitable: que se pierda el miedo y que perdamos o relajamos aquellas acciones que tanto nos ayudaron en el control de la pandemia, para volver a la vieja costumbre de no lavarnos las manos y estar amontonados en todos lados. Por ello debemos reforzar los mensajes y campañas, por el bien de todos.