Talleres online: aprender a escribir en cuarentena
Emily Dickinson hizo poesía mientras la tuberculosis azotaba a su tiempo. Ahora -en plena pandemia- algunos sedientos de literatura se han cobijado en clases vía Zoom.
¿Habrá libros en el futuro? Y si no, ¿cuál será la nueva forma de contar historias? En medio del caos interior y exterior que significa una pandemia, diversos escritores coordinan talleres donde los alumnos no se tocan y hacen chistes sobre si van a la cantina más cercana cuando termine la sesión. Todos, de una u otra forma, intentan dejar una huella a través de las palabras.
"La escritura es una forma de expresar algo que muchas veces no se puede hacer verbalmente, es una instancia de mucha intimidad, de uno con el texto, y ese estar solo con uno mismo, que te ayuda el poder verter lo que sientes en un texto, creo que es algo que ha llevado a que mucha gente que nunca había escrito ahora lo está haciendo", dice la escritora Carla Guelfenbein ("La estación de las mujeres"), quien desde hace varios años dicta un taller para personas que estén trabajando en sus proyectos creativos. Ahora, por la pandemia, trasladó las sesiones a una sala de Zoom.
Pese a que "se pierden los matices que tiene un taller presencial, como las expresiones, los chistes", la escritora rescata que de manera online se crea "una instancia de mucha concentración, a diferencia de una clase tradicional, (…) son súper intensas, no hay distracción, estamos todos frente a una pantalla y estamos como súper enfocados en la lectura de los cuentos y en la crítica posterior. Creo que hemos avanzado muchísimo" en el curso donde quedan dos vacantes y se postula enviando un texto literario (más información en el Instagram @carlaguelfenbein).
En noches donde se pasó del ruido de la fiesta de los vecinos al ulular incesante de las ambulancias, "es difícil poder crear otras realidades, abstraerse. Lo veo en mí y en los talleristas, pero también veo el esfuerzo que estamos haciendo todos por no perdernos", reconoce Guelfenbein, quien -a su vez- participó hace unos años en el taller del poeta y editor Matías Rivas ("Un muerto equivocado"), donde no se escribe, pero se lee: "Son libros que nos permitan visitar otros mundos. A mí me hace sentido leer de amor en estos tiempos o de temas vinculados a la intimidad", dice Guelfenbein. Por ahora los cupos en el taller de Rivas están agotados y se abrirán nuevamente en primavera.
En clave gótica
Las pestes de los siglos pasados que mantuvieron a los escritores encerrados por meses, sino años, permiten que hoy los lectores disfruten obras como "Decamerón", de Giovanni Boccaccio, o "Macbeth", de William Shakespeare. Supersticiones y el miedo en torno a la muerte a través de fuerzas desconocidas permitieron la existencia de "Drácula", de Bram Stoker, o que Emily Dickinson visitara lo desconocido a través de sus versos mientras su entorno moría de tuberculosis. En esta atmósfera, el poeta Thomas Harris ("Cipango") comenzará a fin de mes el taller "Literatura gótica de los siglos XVIII y XIX, los sueños de la razón" (producen monstruos, según la famosa frase del pintor Francisco de Goya), donde repasará "Frankenstein", de Mary Shelley, junto a relatos de H.P. Lovecraft y Edgar Allan Poe, entre otros.
"La literatura de horror gótico y fantástico más bien cubre al otro (mundo), al real que estamos viviendo, te lleva a otras épocas, espacios e historias", asegura el escritor, para quien la vida en pandemia es "una distopía terrible. Uno va perdiendo la noción de realidad. Cuando despiertas cuesta acostumbrarse a la idea de que el mundo cambió y quizás por mucho tiempo más". La información de su taller está en el Facebook del autor.
En paralelo, la autora del libro de relatos "La bella muerte", Natalia Berbelagua, cuenta que en las primeras semanas de la pandemia "di unos talleres gratuitos por redes sociales y me impresionó mucho la cantidad de gente que se conectó. Creo que hubo una preocupación por retomar labores o aficiones que estaban dejadas de lado, y ahí la muerte tiene una importancia fundamental, porque el hecho de que esto se puede acabar hoy o mañana te conecta con todo lo que no has hecho, (...) la necesidad de resignificar tu historia".
Antes de la llegada del coronavirus a Chile, la escritora publicó el libro "Manual de autobiografía", una suerte de curso prêt à porter donde el tallerista avanza a su ritmo mediante lecturas y ejercicios, que nació cuando "empecé a explorar en mi escritura lo autobiográfico, y al mismo tiempo iba trabajando con mis alumnos aquellos descubrimientos, entonces es un manual que se fue alimentando a sí mismo", y que ahora permite a Berbelagua dictar tutorías personalizadas sobre proyectos literarios, donde a través de Internet "voy leyendo (los trabajos) y editando, acompañando en el proceso".
La cantina
Hay quienes dicen que el verdadero taller de escritura es lo que pasa en el camino entre el lugar donde se corrigen los textos y la cantina más cercana, casi como un ritual en la tradición de "Los detectives salvajes", de Roberto Bolaño. En noches donde no se puede salir y tardes en que el objetivo es quedarse en casa, Harris dice que en su taller harán "telebar. Un Zoom bar", mientras que Guelfenbein asegura que "a la hora (de trabajo) hacemos un break en el taller y cada uno va a buscar su copa: eso también da una sensación de que estamos juntos, no sólo nos estamos mirando a través de la pantalla, sino que compartiendo algo más".
Matías Rivas dice, sobre la plataforma de videoconferencia, que "creo que todos disfrutamos viéndonos e intercambiando palabras y miradas. El encierro hay que asumirlo. Ya vendrá el momento de volver a encontrarse". Berbelagua agrega que "yo partí haciendo talleres en bares, al comienzo daba un taller de narrativa erótica en el Bar La Playa", en Valparaíso, pero luego la autora se fue a vivir a la Región del Maule, "entonces no hubo posibilidad de tener un grupo de personas en físico, partí dando estos talleres online hace rato. Es súper rico juntarse a hablar de literatura y a tomar cerveza, pero cuando se quiere sacar adelante un proyecto más ambicioso es bueno estar un poco más alejado de los vasos", dice la autora.
Con el confinamiento, escritores y poetas han organizado talleres online de literatura vía Zoom.
Más información en:
IG @carlaguelfenbein)
FB: thomas.harrisespinosa
FB: Matías Rivas (nuevos cupos en primavera).
Por Valeria Barahona
"La escritura es una forma de expresar algo que muchas veces no se puede hacer verbalmente, es una instancia de mucha intimidad", afirma Carla Guelfenbein.
shutterstock