Adiós a la diversificación de la matriz
El turismo regional sufrió un fuerte desplome y es la segunda con mayor desempleo en Chile, mientras la minería mantiene su tranco. El cambio de mirada económica se despotencia y no es plausible ni siquiera a mediano plazo. El turismo local ha tenido un lento avance por años, ha sido uno de los más sacudidos en Chile y carece de una articulación firme. Prueba de ello es la falta de reinvención en este rubro, lo que ha obligado a pymes a cambiar de rubro.
El turismo de Atacama como se esperaba sigue sufriendo los embates del coronavirus, pero las cifras fueron mucho más duras que en otras partes del país. La tasa de desocupación en las áreas de alojamiento y servicio de comidas tuvo una baja de 42,2 %, la segunda más pronunciada del país en contraste con otras zonas como Arica y Parinacota, Tarapacá, Bio Bío y La Araucanía que registran números azules. El informe hace necesaria una revisión macro y micro de esta actividad económica en la zona, aunque parece que poco y nada se puede hacer por las dificultades propias de una región cuya articulación turística es muy débil y a la que le cuesta sentar bases sólidas.
Prueba de ello es que la palabra es "sobrevivencia" y no "reinvención", como debe ocurrir en tiempos en que los cambios son tan bruscos. Hay pymes que definitivamente cambiaron de rubro y comenzaron a trabajar en otros servicios, dado que el turismo no está absorbiendo estos golpes, que finalmente pueden terminar destruyendo empleo y logros, pequeños, pero al fin y al cabo logros en la región.
El rubro parece vivir una ola de malas noticias. El estallido social golpeó duro, pero gremios en Caldera apostaban a la tranquilidad en las calles, factor que contrastaba con otras ciudades, lo que podía dar un respiro en el verano de 2019 y el resto del año, pero el coronavirus terminó desechando opciones que se veían prósperas.
La diversificación de la matriz productiva a esta altura ya parece un sueño. Desde mediados de esta década que no depender del cobre era una idea muy fuerte, pero que no ha logrado el impulso. El fuerte ha sido y será al menos en el mediano plazo el turismo de playas, mientras que los distintos intendentes han mostrado indecisión en cuanto a potenciar por el minero u otro, aunque el actual Patricio Urquieta ya apostó a la investigación en paleontología para generar valor en lo turístico.
Por el contrario, la minería mantiene su tranco. No hay faenas paralizadas, los despidos no han sido masivos como en otros sectores económicos y los contagios han sido bajos, de acuerdo a lo que ha destacado el ministro Baldo Prokurica. A pesar que las medidas del secretario de Estado parecen acertadas al menos para no desacelerar el tranco, parece injusto destacar a una gestión ministerial por sobre otra.
El turismo pudo ser una gran opción, pero en tiempos de pandemia parece que solo queda aferrarse a la minería.