Otro portazo para las pymes
En momentos en que todos coinciden en que es urgente despejar el camino para que las pequeñas y medianas empresas (pymes) logren sortear la aguda crisis derivada de la pandemia y de la crisis social, las últimas señales emanadas desde el gobierno parecen contradecir este espíritu. Con el loable fin de activar todas las acciones para evitar la liquidación de muchas empresas en grave crisis financiera, el Ministerio de Economía anunció hace pocos días que enviarán un proyecto para modificar la Ley de Quiebras, donde incluirán bajar los plazos y los costos asociados al proceso, y una simplificación de trámites tanto para personas como para Pymes.
Sin embargo, también anunció que se exigirá la acreditación de los pagos de las cotizaciones previsionales y copias de las liquidaciones de sueldo para acogerse al proceso de reorganización contenido en la Ley de Quiebras, lo que va en contra del espíritu de allanar el camino para que miles de pymes eviten caer al abismo.
Sabemos que resguardar los derechos de los trabajadores en esta coyuntura resulta importante, pero también es relevante evitar altas barreras para la reorganización de una empresa que está en crisis y que ha tenido un limitado acceso al financiamiento. No es el momento de dar "portazos en la cara" a las Pymes, que las dejen con la única alternativa de irse a la quiebra.
Más bien hay que enfocarse en medidas de apoyo a las Pymes y velar, por ejemplo, en que los créditos y el capital fresco efectivamente llegue.
Además, ahora que se habla de dar apoyos a las grandes empresas, en medio de los anuncios de Latam y Enjoy de acogerse al proceso de reorganización y la llamativa "consideración y deferencia", con que se ha tratado el momento que viven este tipo de compañías, esperamos que ese mismo respeto prime en los tribunales locales, cuando miles de Pymes y personas se enfrenten renegociaciones y quiebras.
Si queremos un trato más igualitario y menos tortuoso para las Pymes, debemos evitar altas barreras y baches en el camino para que las pequeñas empresas salgan airosas de esta crisis.
Ricardo Ibáñez, abogado fundador de Defensadeudores.cl
Consumo
¿Si usted tiene un promedio de 15 mil pesos mensuales por consumo de agua hasta abril del presente año y de repente la boleta a pagar en mayo asciende a…$ 309. 940…el 290% de aumento…usted se encogería de hombros y correría a pagarla como buen contribuyente entendiendo que Aguas Chañar dejó de existir para ver nacer a Nueva Atacama?
El asombrado contribuyente llama esperanzado a los sistemas denominados Servicios al Cliente para que le expliquen con mediana claridad de qué se trata esa alza. Eso ocurrió en tres oportunidades: 4, 15 y 20 de mayo. Sin respuestas concretas y aclaratorias. Una de las personas sugirió ir a Sernac. ¿Sirve para algo?… ¿tiene atribuciones Sernac en el libre mercado neoliberal?
El atribulado contribuyente pudo conseguir un correo electrónico: callcenter@nuevaatacama.cl. Allí explicó a alguien sin nombre el problema del 290%, el 17 de mayo. Esperó una respuesta digna de la "Nueva Atacama". Se frustró. Insistió el 19 de mayo con una reiteración de respuesta. No hubo respuesta. Ni llamada telefónica al número que incluyó en el correo electrónico del 17 de mayo. Vaya, se dijo, "posiblemente estaré exagerando con eso del aumento del 290% en el consumo. Los de cierta edad no entendemos lo que ocurre en este país que está en la OCDE". El abismado contribuyente no pudo ir a las oficinas por la cuarenta que hay para las personas de cierta edad, entendiendo que ya la boleta de mayo venció el 11 del mes.
Recordó que en abril unos funcionarios contratistas cambiaron el medidor del consumo de agua. Se pregunta el desolado contribuyente: ¿El medidor de Aguas Chañar no midió paulatinamente una presunta fuga de agua y registró solamente la del consumo normal?
Osman Cortés
Ingresos
Una de las pocas vías que tiene el país para salir de la actual crisis, es la recuperación del crecimiento económico. Pese a que en el actual contexto resulta muy difícil ese escenario, es clave no descuidar este aspecto. Esto es muy importante, puesto que el nivel de actividad económica -medido por la evolución del PIB-, tiene una relación directa con el nivel de recaudación tributaria.
Al bajar la actividad económica, se reducen los gastos en consumo y los ingresos de los factores productivos, disminuyendo la base de los impuestos recaudatorios y, por ende, los ingresos tributarios . Esto es lo que ha venido ocurriendo desde la crisis social de octubre de 2019, a lo que se sumó el efecto del brote de Covid-19. Ambos sucesos han reducido el nivel de la actividad económica, disminuyendo la recaudación tributaria, lo que se ha traducido en el déficit efectivo del presupuesto del sector público -que es cubierto, en parte, por un incremento en el endeudamiento-, generándole al gobierno problemas para financiar el presupuesto y las medidas para enfrentar la crisis.
José Yáñez, académico U. de Chile