Una crítica infundada
Sr. Director, respecto de la editorial publicada el día 20 de mayo de 2020, puedo señalar lo siguiente. El concepto de nueva normalidad ha sido empleado en diversas partes del mundo con motivo de esta pandemia. La nueva normalidad de la que habló nuestro Gobierno jamás significó pensar que estaba superada la pandemia (ningún país lo ha hecho hasta la fecha, y tampoco los que desde el inicio tienen una cuarentena total) ni que teníamos que volver al día siguiente a hacer una vida como antes, sino que debíamos comenzar a prepararnos para convivir con el virus, advirtiendo que éste estaría presente más tiempo del previsto al inicio, que la vida tiene que continuar y que no podemos paralizarnos eternamente.
El señalar que Chile va por buen camino es una afirmación de las organizaciones internacionales expertas en el área, y no de los expertos de última hora que tienen como vocación rasgar vestiduras en los medios de comunicación. Somos un país con alto nivel de testeo, con un sistema de salud que se anticipó y fortaleció - por decisión del Presidente Piñera - para enfrentar un escenario que ni el país más desarrollado de occidente ha logrado superar, y que aún mantiene una de las tasas de letalidad más bajas en el mundo.
Siempre el Gobierno ha dicho que hay que mantenerse alerta y no bajar los brazos, y que el éxito de esta misión lo alcanzaremos con el compromiso de todos, y fundamentalmente de la comunidad. Si la gente tiene que salir de su hogar y estar en la calle, no necesariamente es porque quiera incumplir las medidas de prevención o esté confundida, sino porque requiere salir a para proveerse de los medios para sobrevivir, hacer trámites impostergables de salud, y por la innegable esencia de la naturaleza humana constituida por la necesidad de vincularse con los demás. El ser humano es esencialmente gregario. Por eso, lo más importante es seguir las recomendaciones de la autoridad sanitaria, ya que nuestro cuidado también significa cuidar a los demás.
Patricio Urquieta García, Intendente de Atacama
Luis Uribe y Manuel Orella
El 21 de mayo de 1879 en el marco de la Guerra del Pacifico, en el entonces puerto peruano de Iquique, se van a verificar dos combates navales ; El de Iquique propiamente tal, y el de Punta Gruesa, estos han sido ampliamente puestos en valor por la historia clásica chilena, en el sistema escolar, por medios periodísticos y en cada uno de estos recuerdos, resalta, y con toda razón, la figura del Comandante de la Esmeralda Arturo Prat y en menor medida del Comandante de la Covadonga Carlos Condell. No obstante, decir que la historia, ha ido olvidando a otros personajes y como no a la marinería que ayudo en estas gesta. La Historia clásica , como su enseñanza son a menudo injustas, poco critica y relevan algún protagonista y sepultan a otros. Por ello, hoy queremos someramente recordar el rol de Luis Uribe Orrego y de Manuel Orella Echanez. Es muy probable que las conmemoraciones del combate naval de Iquique del 21 de mayo de 1879, tengan menor relevancia que otros años, por las dificultades generadas a Chile y su pueblo por la pandemia del Covid 19. Crisis, que como hemos visto ha sido manejada con un displicencia e ineficacia desesperante . No obstante no se puede desconocer que esta celebración esta enraizada en las y los chilenos y se recuerda con actos, programas televisivos, desfiles, ofrendas florales, y en todas ellas destaca, como ya expusimos la figura de Arturo Prat Chacón, que el 21 de mayo de 1879, quien realiza una acción de abordaje al acorazado peruano Huáscar.
En mi opinión, Arturo Prat, es uno de los personajes de mi mayor admiración por su preocupación humana por los marinos bajo su mando y sobre todo su personal ética de entrega a la patria. Pero, en Atacama, no podemos , ni debemos olvidar que junto a la valentía de Arturo Prat, está la figura integra, inteligente y de gran valentía, de un héroe de esta tierra, nos referimos al Segundo Capitán de la Esmeralda, Luis Uribe Orrego, Copiapino, hijo de la intelectual Rosario Orrego, quien debe asumir el mando de la Esmeralda a la muerte de Prat, Uribe Orrego como líder del buque chileno debe enfrentar el ataque del Huáscar , fue su pericia y valor lo que a la postre permite que la Esmeralda afronte los ataques del acorazado, es el quien inteligentemente elude los espolonazos del buque peruano y si la bandera chilena flameó al tope , como nos han enseñado, fue gracias al trabajo y brío de toda la marinería, porque siempre el héroe es el pueblo, pero liderados por un copiapino Luis Uribe Orrego. Posteriormente es capturado y cuando es liberado lo ascienden a capitán de la cañonera Pilcomayo, será director de la Escuela Naval y terminara su carrera como Vice Almirante y Ministro de Estado.
Desgraciadamente en escasos acto de los realizados en Atacama se hace mención de él , y la historia acrítica, con honrosas excepciones no lo recuerda. Como hemos expuestos en otras ocasiones , la excepción es la ciudad de Caldera, donde si recuerdan a Luis Uribe Orrego, y al calderino Manuel Orella Echanez, protagonista del combate de Punta Gruesa, donde la marinería chilena, logra derrotar al acorazado Independencia del Perú. Manuel Orella, artillero calificado, con su desempeño ayudo al triunfo de Punta Gruesa, luego participará en la captura del buque peruano Huáscar, será ascendido a Capitán. Sin duda un personaje para conocer.
Guillermo Cortés, doctor en historia