Jared Diamond enseña el valor que tienen las crisis
El autor de "Crisis. Cómo reaccionan los países en los momentos decisivos" (Debate) profundiza en la dimensión psicológica de los problemas del mundo. El siguiente es un extracto de ese libro.
Para ilustrar estos casos de crisis personales y nacionales, voy a empezar este libro relatando dos anécdotas de mi propia vida. Se dice que los primeros recuerdos infantiles que perduran se producen en torno a la edad de cuatro años, aunque los niños también guardan recuerdos borrosos de sucesos anteriores. Esa norma general se cumple en mi caso, porque el recuerdo más antiguo al que puedo remontarme es el del incendio de Cocoanut Grove, en Boston, que sucedió justo después de mi quinto cumpleaños. Aunque (afortunadamente) yo no me encontraba en aquel incendio, sí tuve de él una experiencia indirecta a través de los aterradores relatos que contaba mi padre, que era médico.
El 28 de noviembre de 1942, se declaró un incendio en una sala de fiestas de Boston llamada Cocoanut Grove (así escribió el nombre su propietario). El incendio se extendió rápidamente y la única salida del local quedó bloqueada. Murieron un total de 492 personas y varios centenares de ellas resultaron heridas por asfixia, por inhalación de humo, por aplastamiento o por quemaduras. Los médicos y los hospitales de Boston se vieron desbordados, no solo por el número de heridos y de víctimas mortales del propio incendio, sino también por sus víctimas psicológicas: los familiares desconsolados por la horrible muerte de sus parejas, hijos o hermanos; y los supervivientes del incendio, traumatizados con la sensación de culpa por haber sobrevivido, cuando otros cientos de personas habían perdido la vida. Hasta las 22:15 horas, la suya había sido una vida normal, celebraban el fin de semana festivo de Acción de Gracias, el resultado de un partido de fútbol americano y el tiempo de permiso de los soldados llegados del frente. Hacia las 23:00 horas la mayoría de las víctimas ya había fallecido y las vidas de sus familiares y de los supervivientes habían entrado en crisis. Su trayectoria vital, hasta entonces previsible, había descarrilado. Se avergonzaban de seguir vivos, cuando uno de sus seres queridos había muerto. Los familiares habían perdido a alguien que era una pieza central en su identidad. No solo en el caso de los supervivientes del incendio, sino también en el de los bostonianos que no lo vivimos de cerca (entre ellos yo, con cinco años), el fuego hizo que nuestra convicción de que existe alguna justicia en el mundo se agrietara. Las personas que habían sido castigadas por el fuego no eran chicos malos ni gente execrable: eran gente normal y habían muerto por algo de lo que no tenían ninguna culpa.
Algunos de los supervivientes y de los familiares quedaron traumatizados para el resto de sus vidas. Otros se suicidaron. Pero la mayoría, tras semanas de intenso dolor durante las cuales les resultó imposible aceptar su pérdida, iniciaron un lento proceso de duelo, replanteándose sus valores, reconstruyendo sus vidas y, poco a poco, fueron descubriendo que no todo lo que daba forma a su mundo había quedado arruinado. Muchas de las personas que perdieron a sus parejas terminaron casándose de nuevo. Sin embargo, hasta en los mejores casos, pasadas unas décadas estas personas seguían siendo mosaicos formados con la nueva identidad que tuvieron que forjarse tras el incendio de Cocoanut Grove, así como con la que habían tenido antes de que este acaeciera. A lo largo de este libro recurriremos en frecuentes ocasiones a la metáfora del «mosaico» tanto para los individuos como para los países en los que coexisten elementos dispares en complicado equilibrio.
Cocoanut Grove nos ofrece un ejemplo extremo de crisis personal. Pero es extremo solo en tanto que aquella desgracia recayó a la vez sobre un gran número de víctimas. De hecho, el número de víctimas fue tan alto que puede decirse que el incendio detonó también otro tipo de crisis; una crisis que, como veremos en el capítulo 1, requirió de la búsqueda de nuevas soluciones en el propio campo de la psicoterapia. A lo largo de la vida, muchos de nosotros experimentaremos alguna tragedia individual en primera persona o bien indirectamente, a través de la experiencia de algún familiar o un amigo. Con todo, los sucesos trágicos que afectan a una sola víctima resultan tan dolorosos para esa víctima, o para su círculo de amigos, como lo fue Cocoanut Grove para los círculos de amistades de sus 492 víctimas.
Jared Diamond ganó un premio Pulitzer por su libro "Armas, gérmenes y acero".
Jared Diamond
Debate
528 páginas
Ebook: 13 USD
"Crisis"
Por Jared Diamond
A lo largo de la vida, la mayoría de nosotros pasará alguna vez, o varias, por un momento de inestabilidad o crisis y seremos capaces de solucionarlo, o no, mediante algunos cambios personales. De forma similar, los países también pasan por crisis nacionales que, de un modo análogo, pueden resolverse o no con éxito poniendo en marcha algunos cambios a escala nacional. En lo relativo a la resolución de las crisis personales, tenemos a nuestro alcance un amplio corpus de investigaciones y de información de carácter anecdótico que han desarrollado los psicólogos. ¿Es posible que las conclusiones que se desprenden de esos estudios también nos sean útiles para entender las posibles formas de resolución de las crisis nacionales?
PRH