Los apedreadores de Vallenar
Con la llegada del coronavirus a Vallenar, emergió, espontáneamente, un espíritu tribal entre algunos vecinos. El miedo al contagio, en lugar de paralizar, movilizó a "la gente" -ese ser impersonal que es todos y es nadie- a señalar a una pequeña minoría, apedrearla, literalmente, y hacerla culpable, de todos los males que podrían padecer.
El hecho barbárico, nos recuerda la fragilidad de nuestras relaciones pacíficas y humanas. Y aunque podría parecer aislado, vale la pena recordar que el mismo personal de salud que admiramos y agradecemos desde lejos, no siempre son bien recibidos en los lugares en los que residen.
Algo que se aprende en medio de las plagas, decía Camus, es que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio. En Vallenar, lamentablemente, se comenzó con el pie izquierdo. Esperemos que el tiempo sepa darle la razón al Premio Nobel.
Eduardo Zuleta Verdugo
Lo nuevo y lo normal
Estimado Director:
En medio del debate sobre el regreso a la "nueva normalidad" nos preguntamos cuál será el porcentaje de lo nuevo y lo normal en esta etapa.
Más del 90% de las empresas asociadas a la Cámara Chilena Australiana de Comercio implementaron el teletrabajo como medida para proteger la salud de sus colaboradores. Lo interesante es que luego de tres semanas de cuarentena, el 86% de esta muestra -que recogió la opinión de más de 80 empresas y personas del gremio de diferentes industrias- sostuvo que estaría dispuesto a implementar alguna modalidad de trabajo flexible después de esta pandemia, aun cuando las condiciones de espacio, exigencia y nivel de estrés no hayan sido quizás las óptimas en estos días, tratando de lidiar el trabajo con la familia.
Hoy, cuando el Gobierno y varias empresas han comenzado a levantar algunas medidas, pero las reuniones vía online siguen siendo parte de la rutina, y luego de que se promulgara el proyecto de ley sobre teletrabajo, debiéramos tener las primeras luces de cuán hondo caló la experiencia del trabajo a distancia en nuestras organizaciones. Podremos también reconocer a quiénes supieron convertir el desafío en una oportunidad e hicieron cambios reales en la cultura de sus organizaciones para asumir cambios, como la modalidad del trabajo, y -por el contrario- quiénes solo están sobreviviendo y cuentan los días para que ya no quede nada de "nuevo" en esta "normalidad".
Ximena López, gerente General Auscham
Salud mental en tiempos de COVID19
Los largos periodos en cuarentena conllevan a efectos sobre nuestra salud mental y eso es normal. Pero detenernos en lo que produce sobre nosotros, es algo que nos parece muy difícil de entender, principalmente por el desconocimiento que tenemos sobre este tipo de salud. Tomemos conciencia de ella, nos hace sensibles, susceptibles de cambiar y nos pone en estado de alerta ante las nuevas situaciones que vamos viviendo. En tiempos de crisis y de enfermedad, gran parte de nuestro sentir, pensar y fluir se ven profundamente afectados y con ello desarrollamos conductas que nos pueden generar extrañeza, los cambios en las rutinas, los efectos en la convivencia diaria con personas con las que vivimos, la alteración de ciclos de sueño y vigilia, los trastornos alimenticios, la ansiedad respecto del futuro, los miedos ante lo desconocido, por mencionar algunos.
Hoy parece verse una situación diferente, se han normalizado enormemente los conceptos de estrés, depresión y angustia, entre otros. Hablamos de nuestra salud mental como algo cada vez más cotidiano, con lo que se va haciendo normal preocuparnos de ella.
Lo que ocurre en nuestro entorno afecta nuestra salud biológica, psicológica y existencial; hacerle frente a los escollos que genera en nuestra salud esta situación depende de cada persona y las experiencias de vida que han tenido, así como la disposición que tiene para con lo que puede venir. ¿Qué hacer entonces?, evitar el exceso de información, no se automedique, busque espacios físicos para la serenidad, establezca horarios, aliméntese correctamente, deje tiempo para el ocio y lo más importante, tome distancia física y no emocional.
Mientras en nuestro país no exista una ley de salud mental, debemos nosotros velar por ella, si tomamos conciencia del real valor de nuestro estado, es muy probable que atravesemos este momento de profunda incertidumbre con el logro de tener un poco de conocimiento de nuestra salud mental. Eso nos hará libres.
Daniel Sánchez Psicólogo y académico