Virus y educación
Se dice que la capacidad para adaptarse a situaciones nuevas tiene que ver con la inteligencia y ésta con el ser humano, herramienta que nos ha permitido sobrevivir.
Una vez más nos vemos enfrentados a un gran desafío, la presencia del coronavirus, pandemia que ha esparcido su letalidad provocando muerte, dolor y angustia a nivel mundial. ¿Seremos capaces de adaptarnos a este difícil momento y comportarnos a la altura que exigen las circunstancias?
Nuestra esencia física, emocional, intelectual, hábitos y costumbres, han sido alterados. Se detuvo la marcha acostumbrada del mundo. Nuestro Chile también ha alterado su marcha.
Las escuelas se han cerrado y el proceso educativo se ha detenido. El ministerio de Educación ha puesto a disposición de las familias chilenas un sitio web: aprendo en línea.mineduc.cl, con el fin que los estudiantes tengan acceso desde sus casas a estudiar en textos los contenidos pertinentes según los cursos.
Esperemos que todos los alumnos cuenten con las herramientas necesarias como computadores, tablets y celulares para acceder.
Es indispensable que los pequeños de Primer Año Básico cuenten con algún familiar que los orienten y apoyen en el proceso que es enseñar para aprendizajes sociales y significativos, que tan bien manejan nuestros docentes, con tan reducido reconocimiento y remuneración.
Se debe comprender que un sitio web no vendrá a "hacer golondrinas en invierno" en nuestras aulas, ni erradicar los problemas que fueron provocados por decisiones dictatoriales nefastas como el cierre de las escuelas normales, la perjudicial municipalización de la Educación y la mercantilización de ésta. Necesitamos una Educación verdaderamente pública, gratuita, de calidad y, sobre todo, Humanista.
Nuestra Educación hace décadas que se encuentra en Estado de Emergencia, atacada por un virus llamado negligencia. Necesita ser sanada y rescatada por el bien de nuestros niños, niñas y la juventud de nuestro Pueblo.
Ana Leiva C, profesora de Educación General Básica con especialidad en Ciencias Naturales de la Universidad del Norte de Antofagasta.
Mejor que cuarentena
Para aplanar la curva y evitar contagios hay que educar los cuidados que se deben tener, mediante ilustraciones creativas por cadenas de tv. Mostrar por ejemplo, las alternativas para desinfectarle las patas a las mascotas después del paseo. También explicar que tenemos gestos involuntarios como llevarnos las manos a la boca, a la nariz y ojos y no nos damos cuenta en el momento. Son nuestras caídas importantísimas. No sacamos nada con habernos lavado las manos hace 10 minutos si en el intertanto las contaminamos. No basta con saber, tenemos que crear los hábitos a la ciudadanía y aunque es tarde, es mejor que no hacerlo.
Miguel Paúl Latorre
Los mayores pagan la cuenta
Aún estamos a tiempo. Las consecuencias más graves de la pandemia que afecta a la humanidad la sufrirán las personas mayores. Chile es el segundo país más envejecido de América y por lo tanto un gran número de su población es propensa a padecer el COVID 19 con severos resultados, incluso la muerte.
"Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la naturaleza. Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades aparecerán de repente", profetizó Hipócrates, padre de la medicina. Al parecer los pecados cometidos en contra de la naturaleza han sido demasiados y es hora de recibir la cuenta. Es por ello que debemos tomar consciencia como sociedad que al no adoptar las medidas de prevención señaladas por la autoridad sanitaria y la propia OMS estamos condenando a nuestros mayores a una muerte segura, ya hemos visto el desarrollo de los hechos en países como España e Italia y el alto costo en vidas que han sufrido sus adultos mayores.
El artículo 29 de la Convención Interamericana sobre la protección de los DD. HH de las personas mayores obliga a los Estados a tomar "…las medidas específicas que sean necesarias para garantizar la integridad y los derechos de la persona mayor en situaciones de riesgo, incluidas las situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres", por lo cual no es una opción para la autoridad instaurar medidas, por severas que éstas sean, para proteger a las personas mayores del contagio de Coronavirus, es su obligación, y está contenida en un Instrumento internacional que tiene categoría constitucional. El llamado a la autoridad es entonces a hacer su trabajo de manera responsable y seria, antes de que sea demasiado tarde.
Gonzalo Tapia, coordinador Programa CEAMI Universidad Santo Tomás