¿Quién fiscaliza?
Muertos y heridos fue el principio del fin de una irresponsabilidad más de los empresarios que mantenían instalaciones ilegales de preparación de insumos para la minería en el sector de Pudahuel, inmediaciones del aeropuerto internacional de Santiago.
Como siempre ocurre, al despejar el lugar y recoger los cuerpos de muertos y heridos, se descubrió que el recinto almacenaba productos peligrosos y los operarios operaban viendo la intensidad de explosiones casi simuladas hasta llegar a la efectividad.
No es la primera vez que ocurre esto en Chile, el país de la no fiscalización y la relativización de los conceptos de protección al medio ambiente habitado por el ser humano los que deben soportar las "políticas" sustentadas por la Constitución de 1980, que permite la acción economicista del sistema neoliberal.
Todo es relativo en Chile donde la comunidad que protesta es calificada como "ignorante" y "manejada por quienes quieren destruir el país, no permitiendo el desarrollo".
No sabemos quién debe fiscalizar efectivamente el sistema industrial en cada región para evitar tragedias como la ocurrida recientemente.
¿Es el Servicio de Salud?, ¿Es el Servicio Nacional de Geología y Minería?, ¿Son las Mutuales?, ¿Es el ministerio de Minería ¿Es el Consejo de Ministros?...
Atacama es una zona minera por lo que el tema de la deficiente fiscalización debe preocupar a todos antes que ocurran hechos como aquel de la mina San José de hace diez años que dejó atrapados a 33 trabajadores, con los dueños de las faenas sin pena alguna por una deficiente labor al interior del yacimiento.
En el ámbito agrícola del interior del valle de Copiapó se produjo la muerte de trabajadores el miércoles 4 de marzo en el interior de un frigorífico lo que demuestra el mal trato laboral de los empresarios y la falta de fiscalización de los organismos estatales que dicen estar siempre protegiendo la integridad de la fuerza de trabajo.
Insistimos que el sistema neoliberal y la aplicación de la economía de mercado, avalados por la Constitución de 1980, no tienen en Chile el esquema de protección social que esgrime la sociedad de Estados Unidos, creadores del neoliberalismo, que fue articulado para que la sociedad sea también protegida, circunstancia no entendida por los hacedores del capitalismo desde los inicios de la dictadura cívico militar en 1973.
Osman Cortés
Destrucción
Señor director: Astutamente, bajo el discurso del "progreso" y la "modernidad", se ha socavado el sentido del hombre y de la mujer, de la familia, de la sociedad y de la patria.
Es decir, de los componentes integrales de nuestra identidad nacional.
Las bases de nuestro ser colectivo.
Estos valores impugnados como "retrógrados" son sistemáticamente atacados por el Establishment y los medios de comunicación -cine, televisión, radio y prensa- al punto que éstos han sido invertidos.
La mentira presentada como verdad y viceversa. Toda idea de identidad nacional e historia patria ha sido atacado y banalizado.
¿Es que todo un país ha sido idiotizado y sencillamente no se ha dado cuenta de la destrucción de Chile?
Rafael Videla Eissmann
Primera línea
En una democracia sólida y robusta no debe existir la primera línea, por lo tanto la pregunta que debemos hacernos es ¿cómo y por qué estalló en Chile y cada día, pone a prueba a los servicios de seguridad del Estado?
Cuando existe ambivalencia en nuestras autoridades políticas se generan espacios para la germinación de violencia, desde el entendido que este fenómeno social está marcado por reivindicaciones justas, y es producto del abuso de poder de los agentes del Estado, quienes por Ley están llamados a "resguardar" el orden público en el país.
Sin embargo, la violencia solo favorece a los extremos ideológicos, que socavan y destruyen lo que la mayoría de los ciudadanos quieren construir, esto es un nuevo orden político, económico, social y cultural.
¿Es posible avanzar hacia un ordenamiento social para construir en el caso del apruebo en el plebiscito del 26 de abril una nueva Constitución? Creo que estamos preparados para esto, y debemos comprender que las crisis, siempre son un peldaño para ello.
No debemos caer en el miedo al cambio ni aparecer vulnerables a los mensajes masivos de violencia y delincuencia que nos muestran los medios, sino que tenemos que dialogar, informarnos sobre los procesos y estar disponibles al debate público.
No podemos estar cautivos de la violencia, sino que es imperativo tomarnos los espacios para volver a la conversación y ejercer nuestro compromiso por un nuevo Chile, sólo así derrotaremos a quienes quieren criminalizar el movimiento social y a quienes vandalizan la protesta, afectando la convivencia social.
Hugo Covarrubias, académico Carrera de Trabajador Social, U.Central