Muere el escritor Germán Marín, figura clave de la narrativa chilena
LITERATURA. El deceso del autor, quien tenía 85 años, generó numerosas reacciones de cariño de sus colegas.
El novelista, ensayista, editor y permanente candidato al Premio Nacional de Literatura, Germán Marín, falleció ayer a los 85 años de edad. La obra de Marín destaca por su alto contenido social, impreso en "El palacio de la risa" (1995) y "Carne de perro" (2002), entre otros textos.
"Marín fue una voz frontal de la literatura nacional, y gracias a su obra como novelista y editor fue reconocido por su valioso aporte a las letras en Chile, siendo un reflejo de nuestra sociedad", escribió en su cuenta de Twitter la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés.
Cercano al autor fue el también novelista Rafael Gumucio, quien lo definió como un "amigo y maestro, viejo jodido y escritor implacable. Su alma era como su cuerpo, grande, incómodo, contradictorio y rotundo. Entre otros de sus muchos inolvidables libros, 'El palacio de la risa' es quizás el mejor de los libros sobre la memoria histórica, la postdictadura y todo eso que prefiguró y comprendió mejor que nadie, siempre desde una imparable voluntad de estilo".
"Con pesar despedimos a Germán Marín. Permanece en su obra, en sus palabras", señaló Fundación Manuel Rojas, que preserva el legado del autor de "Hijo de ladrón", uno de los máximos exponentes de la narrativa social chilena, tradición a la que se unió Marín.
Ayer fue ampliamente recordado el texto "Consigna aparecida en una pared de Santiago", que dura solo una línea: "La sangre del pueblo no será negociada". Marín incluyó la frase en el libro "Cicatrices: papeles de Santiago", publicado en 1975, durante su exilio en México.
El funeral del escritor se realizará hoy, de forma privada, informó la familia, manteniendo en reserva las causas del deceso, que fue confirmado por el director de Ediciones Universidad Diego Portales, Matías Rivas, sello con que Marín publicó sus memorias "Antes que yo muera", en 2016.
Ultima publicación
El también autor de "Carne de perro" (2002), "Lazos de familia (2001) y "Compases al amanecer" (2010), entre otros libros, hace dos semanas lanzó su último volumen de cuentos: "Un oscuro pedazo de vida", por el sello independiente Lecturas Ediciones.
"Con este libro ya me voy despidiendo de la literatura", dijo a Las Últimas Noticias, junto con señalar que la veintena de textos se trataban de la soledad del hombre maduro, la pérdida de la memoria y sórdidos rincones de la capital.
Marín también se quejó de su estado de salud, disminuido por una caída en su departamento "hace poco más de un mes", junto con la falta de lecturas porque "la letra chica ya no la veo".
Escritor fantasma
El ganador del Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura en 1995, por "Círculo vicioso"; Premio Municipal de Literatura de Santiago en 2000, por "Conversaciones para solitarios" y finalista del Premio Altazor en 2004, con "Un animal mudo levanta la vista", dejó plasmado en sus memorias cuando fue escritor fantasma (ghostwriter) de García Márquez: "Su visita (del Nobel) ratificó la impresión que me causara, llano como era, permitiendo al poco rato decidir un acuerdo de trabajo en que, como señalaría, él pondría la música y yo la letra".
"Desde el inicio me pareció que lo conocía desde siempre. Desde su forma de sentarse la primera vez que vino a casa, me di cuenta de que estaba frente a alguien cuya palabra, cuyo bigote, cuya guayabera, me resultaban familiares, quizá porque había en él un hombre de la calle, lo menos semejante a un famoso escritor", anotó Marín.