Oclocracia
El historiador griego Polibio, en el siglo II a.C., definió la Oclocracia como la degeneración de la democracia y el "gobierno de la muchedumbre", donde una masa violenta y desorganizada es quien finalmente gobierna. Según Polibio, el paso siguiente de la Oclocracia es volver a la Monarquía (u otro gobierno de una persona), pues la sociedad no resiste vivir en el caos por mucho tiempo.
Cabe preguntarse, ¿habremos llegado ya a la Oclocracia o todavía podemos salvaguardar nuestra preciada democracia? Si Polibio estaba en lo correcto y nuestra clase política sigue tomando sus decisiones en función de la violencia de las masas, la respuesta pareciera estar en la primera opción.
Trinidad Valdés Edwards, historiadora
Chile atractivo para invertir
El estallido social en Chile ha provocado consecuencias de distinto tipo, y el mundo ha visto con expectación cómo este país situado al fin del mundo intenta superar el desafío.
El plano energético no está exento de estas consecuencias, aunque más bien por cambios en las regulaciones de tarifas con que los pequeños parques solares venden su energía a la red. Producto de lo anterior, Chile bajó 2 lugares en el ranking de países más atractivos para invertir en energías renovables, siendo relegado al décimo tercer escaño.
Como ciudadano checo que visita Chile con gran regularidad, y como ejecutivo ligado por muchos años a la industria de ERNC, puedo afirmar que independiente de los rankings y del escenario que ha marcado la contingencia durante el último tiempo, este país continúa siendo un polo sumamente atractivo para el desarrollo de energías limpias.
Sin ir más lejos, la energía solar ya ocupa sólidamente el 10% de la matriz energética, y las renovables en su conjunto se han situado sobre el 20%, cumpliendo varios años antes de lo previsto la meta impuesta por el Gobierno para el 2025.
La proyección es tan favorable, que la inversión para nuevos proyectos no se detiene, entregando a este país una oportunidad única para seguir desarrollándose como referente regional y mundial de energías limpias.
Zdenek Sobotka, CEO y fundador de Solek
El espejismo de la consulta ciudadana
Con vitores y fanfarreas han celebrado diferentes autoridades la "masiva" participación en la consulta ciudadana realizada el pasado domingo.
Valga la pena señalar que muy pocos elementos de una elección republicana se cumplieron, entre ellos voto secreto, opciones no tendenciosas (al final todos dan por hecho que todos quieren una nueva constitución) y evidentemente una organización con información amplia.
Ejemplo de esto es que municipios como Natales cancelaron, reafirmaron, volvieron a cancelar y al final realizaron la consulta.
Además se implemento un dudoso sistema de votación electrónica, más parecida a una encuesta de marketing que a un proceso serio que pudieses ser verificado o que contase con estándares mínimos de seguridad.
Resultado voto menos del 30% del padrón electoral, a esto se debe agregar que se incorporo menores de edad que engrosaron la cifra y personas que votaron en forma electrónica y presencial.
Valga la pena señalar que la constitución de 1980 fue ratificada con la participación de más de 6 millones de chilenos, en esta consulta tan solo participaron menos de 3 millones, valga la pena señalar .
¿Democracia directa y asambleismo? claramente la consulta dejo contento a quienes buscaban un dato para reafirmar una demanda que no esta en la ciudadanía, el cual era una nueva constitución, nuestro país entremedio de aplausos y gritos desenfrenados camina al abismo, con un desgobierno casi total y sin la existencia de un Estado de Derecho, recordemos que en Chile ni siquiera el fútbol pudo terminar su campeonato por la inseguridad.
Francisco Sánchez, historiador
Cacería de brujas
Para que la oposición apueste por realizar una interpelación hacia cuatro ministros (Salud, Trabajo, Hacienda y Medio Ambiente) se requiere más que críticas políticas y algunas firmas. Una interpelación debe cumplir con requisitos concretos de falta a la transparencia y al deber, que ni los abogados de las bancadas ni los mismos parlamentarios creen que existan con nitidez para estos casos.
En Chile vivimos en un Estado de Derecho, lo que implica que el país entero se somete a la misma ley que él impone, una norma obligatoria para todos, gobernantes y gobernados, en igualdad de condiciones. No cumplir con ello, no sólo habla de la poca rigurosidad que tienen los parlamentarios de oposición para seguir con el orden establecido, sino que a su vez marcan la insistente cacería de brujas que están haciendo con el Gobierno por el simple hecho de ser contrarios a sus creencias.
Jaime Garrido