En mi patria una Violeta
Señor director:
Cada 4 de octubre la Violeta vuelve a nacer y como ha sido recurrente la pregunta se instala como una incómoda costumbre: ¿Es la cantautora un patrimonio de todos? La interrogante se me viene a propósito del comentario que hiciera hace algunos días una conocida panelista de un programa televisivo en donde declaró que "Violeta Parra no le pertenece a un sector de la gente...", en alusión a la cercanía que la obra de la artista genera en sectores de la Izquierda.
Sin duda que el legado de la oriunda de San Carlos tiene tintes transversales, pero creo pertinente ponerle una frontera a este "patrimonio de todos". Una cosa es la adoración hacia ciertas canciones pasadas por el cedazo de la higienización como lo son 'Gracias a la Vida', 'Que pena siente el alma' o 'Volver a los 17', creaciones que están al borde de terminar convirtiéndose en himnos de casa comerciales, y otra muy distinta, son las composiciones que llevan el sello más hondo del sentir y pesar de la Viola. No creo que los sectores más conservadores sientan aprecio por un ´Me gustan los estudiantes´, en donde se enaltece el desparpajo juvenil, o por un 'Maldigo del Alto Cielo', o por la interpelación papal que reside en 'Qué dirá el Santo Padre' o de esa pesadumbre dolorosa que vive en 'Qué he sacado con quererte', o ese quejido del indio que se inserta en 'Arauco tiene una pena', entre otras decenas de alfileres que se funden en su voz y que se hunden en nuestro cancionero.
La circunstancia de vida en la obra de Violeta Parra es más política que ornamental, por ello es más cercana a la denuncia que al ruego y es más pariente del lamento que del carnaval.
Franco Muzzio S. Extensión Cultural, U.Central
Ley Auth
Estimado director:
Después de ver los ataques en contra del Diputado Auth por votar en contra de la acusación de la Ministra Cubillos, incluso pidiendo su renuncia a la mesa de la cámara, por algunos de sus pares, que argumentaban que no habría sido consecuente con su línea político partidista...
¿Entonces por qué los chilenos siguen eligiendo tantos y tantos diputados y senadores, de tantos partidos políticos, si cada uno de ellos al final se tiene que alinear detrás de una orden de partido superior para ejercer sus votos en el Congreso?
¿No sería mejor entonces, que cada elector votara por el partido político de su preferencia, sin individualizar nombres, para que al final de la elección se conociera cuánto pesa (porcentaje) cada partido político en las sesiones del Congreso y con ello solo bastaría la presencia del presidente del respectivo partido político para ejercer el voto que representa, además pudiendo agruparse con otros presidentes de otros partidos para formar los quórum que a veces son necesarios al aprobar leyes?
Raya para la suma, Chile tendría un Congreso muchísimo, pero muchísimo más barato, todos los actuales parlamentarios podrían hacer realidad su sueño más preciado, materializar de verdad su "vocación de servicio a los chilenos", trabajando directamente en las oficinas de sus partidos y eligiendo al mejor de ellos como presidente para que los represente en el Congreso y ya nunca más, que Fulano voto por Zutano, debiendo hacerlo por Perengano, sin viajes nacionales e internacionales, sin asesores y lo más positivo, nunca más tener que justificar las dietas parlamentarias...
Propongo que todos estos cambios, lleven un nombre, con todo merecimiento la "Ley Auth"...
Luis Soler
Paradoja del agua
Señor director: Aunque la sequía se proyecte en aumento para Chile, existen 2 grandes formas para resolver cualquier escasez de recursos: aumentar su cantidad de formas no tradicionales o bien, aumentar la eficiencia con que se usan.
Pero primero es clave identificar a los actores que más usan agua, reconocimiento que, para el caso de Chile, recae en el sector agrícola, con un imbatible 82%.
Luego, es importante identificar las reglas del juego en el sector, lo que, en Chile, se traduce en el Código de Aguas. Y aquí existe una observación práctica importante: aunque el río se haya secado, quien posea pozos profundos puede seguir sacando agua. Lo complejo de lo anterior, es que, a pesar de que se traten como "aguas distintas", ambas están conectadas y una afecta directamente a la otra.
Sin dudas, esto complica el escenario, que acelera un fenómeno que se conoce como la "Paradoja de Jevons", aplicada al agua. En simple, mientras mayor eficiencia en el uso del agua, más se usa. Esto previo, aplicado a una cuenca donde existen derechos sobre-otorgados, significa que, con más eficiencia, se seca más rápido. Con eso visto, ¿Cómo recuperamos nuestras cuencas sin acelerar la paradoja?
Cristian Estrada, fundador de Eficagua