En resumen
-¿Cuál es el vínculo entre humanidades y democracia?
-La democracia depende de la calidad de sus ciudadanos. ¿Cómo medir esa calidad? Es buen ciudadano quien piensa por sí mismo, quien aprecia la tradición y también la critica. Las humanidades son vitales para la ciudadanía democrática: imaginar situaciones, ponerse en el lugar de otras personas, entender épocas distintas de la propia, empatizar. Las humanidades van de la mano con la calidad de los ciudadanos, y esa calidad es decisiva para la democracia.
-¿Qué mutación viven las humanidades?
-He hablado de una "mutación" de las humanidades tradicionales por la velocidad de los cambios tecnológicos, hoy presentes en todos los aprendizajes. Si antes las humanidades dependían de los libros y la imprenta, y de las formas de pensar propias del lenguaje escrito, hoy se piensa también con imágenes y relaciones entre imágenes, y se piensa en forma mucho menos lineal y más asociativa. La mutación de las humanidades alienta esta forma de pensamiento.
-¿Cómo imagina el futuro de las humanidades?
-Elijo un sesgo optimista para pensar las humanidades en el futuro (es una opción ética). Creo que se desarrollarán capacidades del cerebro humano que hasta ahora no conocemos, y nuevas formas de pensamiento no lineal. Creo que la exposición a sistemas culturales distintos al judeocristiano occidental traerá flexibilidad, amplitud y riqueza a las nuevas formas de pensar. Y creo que las humanidades se verán obligadas a salir del encierro de las especialidades académicas.
Adriana Valdés estudió castellano y ha dedicado su vida a ser escritora y crítica.
3 preguntas
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Con "Redefinir lo humano: las humanidades en el siglo XXI" (Editorial UV) la ensayista Adriana Valdés ganó el Premio Literario de Santiago de este año. Actualmente es la directora de la Academia de la Lengua, primera mujer en el cargo en 133 años de vida de la institución.
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