Matías Jullian V. / Agencias
Los partidos de izquierda en el Parlamento francés presentarán el próximo lunes una moción de censura contra el Gobierno por su gestión de la crisis de los "chalecos amarillos" y para presentar que "otra vía es posible".
Según anunció ayer el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, la moción de censura tiene el respaldo de La Francia Insumisa (izquierda radical) y del Partido Comunista, aunque desean que otros grupos se sumen a su iniciativa en la Asamblea Nacional.
En declaraciones a la prensa, Faure explicó que los tres grupos van a "buscar que en los próximos días se amplíe el marco" de los partidos que se sumen a la moción, que tiene escasas opciones de prosperar debido a la cómoda mayoría absoluta de la que dispone el partido oficialista, La República En Marcha (LREM).
Consciente de ello, el líder socialista se preguntó: "¿Para qué sirve? Para demostrar que otra vía es posible (...) Hay una finalidad común, que la fiscalidad sea más justa".
Los diputados deberán votar en la Asamblea Nacional la moción de censura al menos 48 horas después de su presentación, prevista para el lunes.
"Vemos claramente que hay un Gobierno que va directo contra la pared y que mantiene la misma lógica política. Nuestra responsabilidad colectiva es detener esto y asegurarnos de que cambiamos de Gobierno y, por tanto, de política", señaló Ugo Bernalicis, diputado de La Francia Insumisa.
Para el representante izquierdista, si los políticos no encauzan el malestar, "llegará el desorden", por lo que "hay medios institucionales para actuar, para que el Parlamento actúe".
Más protestas
Los sindicatos franceses señalaron ayer que la protesta de los "chalecos amarillos" es "legítima", por lo que reclamaron que se concrete el diálogo que ha abierto el Gobierno "con mucho retraso", pero al mismo tiempo condenaron el uso de la violencia por el movimiento.
Al término de una reunión de sus responsables, siete centrales (CFDT, CGT, FO, CFE-CGC, CFTC, UNSA y FSU) denunciaron, en un comunicado conjunto, "cualquier forma de violencia en la expresión de las reivindicaciones" e hicieron un llamamiento para que se restablezca "el diálogo y la escucha".
Afirmaron que "la movilización de los 'chalecos amarillos' ha permitido expresar un enfado legítimo" e hicieron notar que "frente a las desigualdades sociales y territoriales", los sindicatos reclaman "políticas públicas de justicia social" y diálogo al Ejecutivo, que "con mucho retraso ha abierto al final las puertas".
Un diálogo que, a su parecer, tiene que garantizar "negociaciones reales", lo que implica que sean "amplias, abiertas y transparentes, tanto a nivel nacional como en los territorios".
En cuanto a los temas de discusión, los sindicatos consideran que cuestiones como el poder adquisitivo, los salarios, la vivienda, los transportes, los servicios públicos o la fiscalidad deben encontrar respuestas "concretas" que creen "las condiciones sociales" de una transición ecológica "justa".
La declaración de las centrales, que desde el principio han estado al margen del movimiento de los "chalecos amarillos", surgidos al margen de todo marco institucional, llega después de que el Elíseo y el Gobierno pidieran el miércoles a partidos políticos, sindicatos y patronal que lancen llamados a la calma.
A pesar de esto, la policía de París y los dueños de tienda se prepararan para las nuevas manifestaciones masivas previstas para el fin de semana.
sindicatos entregaron ayer su apoyo a la protesta de los "chalecos amarillos", pero condenaron la violencia. 7
personas fueron detenidas, solo en París, durante las masivas manifestaciones del fin de semana pasado. 412