Con miles de bailarines y gimnastas desarrollando un espectáculo masivo lleno de luz, coreografía y simbología política, el régimen de Corea del Norte llevó recientemente a cabo los juegos denominados "Un País Glorioso". El espectáculo tuvo lugar en el estadio de Mayo, en Pyongyang, la hermética capital norcoreana.

El impacto de los juegos es de tal magnitud para los norcoreanos, que el régimen decidió extender su duración. Estos juegos son parte de las actividades del régimen para celebrar los 70 años de la fundación del Estado norcoreano. Según los medios estatales norcoreanos, más de 1,5 millón de personas, entre ellas "decenas de miles" de extranjeros, han asistido al espectáculo. En esta ocasión, no hubo referencias contra Estados Unidos ni actos alusivos a armas nucleares, lo que puede interpretarse como una señal de distensión.