Rodrigo Moreno Valera
Una mañana llena de colores, música, bailes, actuaciones y sabores provenientes de las etnias Mapuche, Diaguita, Aymara, Colla, y Rastafari, además de los representantes de Colombia, Bolivia, Perú, y Venezuela, quienes disfrutaron los alumnos de la Escuela Jesús Fernández Hidalgo en la Población Rosario de Copiapó. Lo anterior se debió a la celebración del tercer Festival Multicultural que celebra la escuela, con el objetivo de acercar las distintas culturas que coexisten en el establecimiento y reforzar la inclusión y lazos de amistad entre todas ellas.
Este año el eslogan de la actividad fue "¡Viva la Diversidad!", en alusión a la variedad étnica de los estudiantes. A cada nivel académico le correspondió un stand donde se expuso la tradición de un país o pueblo, a través de su comida, himno nacional, artesanía, música, vestimentas, e imágenes de su lugar de origen.
Sobre cómo surgió la idea de realizar este tipo de actividades en la escuela, el fonoaudiólogo del establecimiento, Diego Letelier, explicó que "este festival multicultural nace como iniciativa de integración escolar para que la inclusión no sea solo en los alumnos con déficit intelectual cognitivo, sino que también de todas las etnias y países que están dentro de la escuela, que son los que están participando en esta muestra".
"Este es el primer año que se permite la venta de alimentos y recuerdos, y cada curso definirá que gastos harán con ese dinero", finalizó Letelier.
Sobre el objetivo del festival y el uso para los fondos recaudados en la muestra, la apoderada de primero básico, Carolina Herrera, comentó que " hacemos este festival para mostrarles a nuestros hijos las culturas de Chile y de otros países, además estamos recolectando fondos para hacer una fiesta de fin de año para los niños".
Actividades
Para dar inicio al festival, los estudiantes de la Escuela Jesús Fernández Hidalgo entonaron el himno nacional. Luego vinieron los bailes y presentaciones de patinaje artístico, sin embargo, de todo lo expuesto lo que se más llamó la atención de los participantes fueron los platos típicos que se ofrecieron para degustar.
Charquicán, pan de linaza, pebre, y otras preparaciones menos conocidas como la salsa guasacaca, de origen venezolano hecha de palta, aceite, ajo, cebolla, sal, pimienta, cilantro, pimentón, y ajo porro, así como los tequeños (bocados en base de queso enrollado) entregaron nuevas mezclas de sabores al paladar del público.
Francisco Santander, alumno de quinto básico comentó que "es primera vez que participo en este festival y me han gustado las actividades y comidas típicas. Me gustó la comida Diaguita, el pebre porque no era picante".
Para otros lo más entretenido del evento fue vestirse como lo hacían los pueblos originarios, ese fue el caso de la estudiante Anaís Díaz, quien dijo que "me ha gustado este festival porque he conocido otras costumbres, y me pude disfrazar de mapuche".