"El circo nace de la motivación interior"
ARTISTA. Jaime identificó una necesidad colectiva y gestó la Escuela Atacama Circo entregando un espacio artístico a la ciudadanía. ENTREGA. La alumna impulsó una compañía de teatro en su colegio para fortalecer la seguridad de sus compañeros a través de la actuación.
La necesidad de un espacio que albergara a los ciudadanos que buscan entrar al mundo de las artes circenses, incentivó a un joven para gestar la Escuela Atacama Circo.
Jaime Urrutia conoció el circo mientras estudiaba Medicina Veterinaria, la influencia que tuvo en su vida lo hizo cambiar de prioridades y actualmente cursa Licenciatura de Estudios Superiores en Artes Circenses Contemporáneas (Cirko de Mente, México).
Al principio el circo era una afición para Jaime, con el paso del tiempo tomó mayor relevancia en su vida, el joven señala que "el circo se transformó en afición y profesión. Nace desde la motivación interior, por amor, y aun así he podido generar economía desde este arte".
Urrutia experimentó un proceso de transformación en su nuevo gusto, comenta que "este arte te transforma en algo nuevo quieras o no, en cualquiera de los niveles posibles. Incluso a aquel personaje que cree ser espectador, porque "pasan cosas" adentro, fuera de estar preso en los sentidos como lo visual, sales con una percepción distinta del mundo".
Trascender
Contribuir en la Escuela Atacama Circo permitió al estudiante intercambiar experiencias con personas distintas a él pero con algo en común, ver esta forma de arte (el circo) como una "herramienta de cambio". Sobre aquello Urrutia explica que "las personas que viven de este arte o se rodean de el, siempre buscan romper los límites, ir más allá de donde se encuentran en muchos ámbitos; físicos, mentales, emocionales y humanos. Por lo tanto, mientras "Jaime" se enriquece de humanidad, también se va "humanizando" y eso es realmente maravilloso".
Una experiencia muy importante para Jaime ocurrió en el volcán Villarrica, una mañana lluviosa, el artista destaca que "me di cuenta de lo grande que era el mundo y pequeños los problemas que atiende la mente. "El circo tiene algo especial", pensé (...) Desde ese momento, tomé la decisión de cambiar mi forma, como los distintos estados del agua. Vi otro camino posible. Aunque todos los caminos son el camino, este estaba repleto de personas hermosas y extravagantes, lleno de circo".
Las metas de Jaime contemplan viajar por la mayor cantidad de países haciendo circo, y trabajar con niños porque entiende la responsabilidad de ayudar a las nuevas generaciones. Le encanta la pedagogía y espera dar clases constantes de circo.
"Otorgo seguridad a través del teatro"
Asistir a una escuela de teatro relacionó a una joven con aquello que la hacía feliz y para lo que tenía dotes, la actuación.
Catalina González es alumna de cuarto medio, dice que "cuando chica era de estar en todas, absolutamente en todas. Si había obras quería participar, me gustaba que todos me miraran, ser protagonista y todo eso". A medida que pasaba el tiempo se dio cuenta que el trabajo de oficina y los números no eran de su agrado, pero tenía dotes para interpretar.
Antes de la actuación la joven fue scout, ahí comenzó el desarrollo de su personalidad.
Este año Catalina se unió al Ceal de su colegio y propuso impulsar la formación artística más allá de lo musical, con un taller de teatro. Acogieron la idea y empezó los ensayos a finales de junio, la estudiante explica que "como llevamos poco tiempo me he enfocado en "soltar" a los niños, que se sientan cómodos con su cuerpo y con sus sentimientos actuando".
Preferencias
Los padres de la alumna siempre le inculcaron buscar su felicidad por encima del dinero, sin embargo, la joven pensaba que para ser feliz necesitaba riqueza. Eso cambió al conocer a una compañera con sus mismos gustos, Catalina expresa que "yo era muy estricta, muy cuadrada por el tema de querer estudiar derecho o ingeniería para tener plata, no por ser feliz, y ella me enseñó a ver la vida de otra manera".
Otro hecho que alteró la percepción de la joven sobre el mundo fue ver un intento de violación, dice que "empecé a ver la vida de otra forma, es muy complicado relacionarlo con el tema de lo mucho que me gusta actuar, fue tanta la rabia pero en lugar de llorar o sentirme mal canalicé eso en una interpretación, en una actuación".
El drama es el género favorito de Catalina, se considera una persona dramática que exagera hasta lo más mínimo. Admira a Álvaro Rudolphy por su capacidad para hacer papeles de bueno o malo, quiere llegar a ser como él y compartir escenario con el actor.
Por tratarse de su último año en el colegio, la estudiante espera que los miembros de la compañía de teatro se motiven para estrenar una obra a final de año, González comenta que "para mí eso sería un gran logro (...) quiero hacer que ellos se suelten, que sean capaces de canalizar todos sus sentimientos a través de la actuación". En cuanto al público, la joven espera que pasen un buen momento y olviden sus problemas por un instante.
Jaime Urrutia (26)
Catalina González (17)