Lula durmió tranquilo y acompañado por un abogado en su primera noche en prisión
BRASIL. La Policía reforzó la seguridad en Curitiba por la presencia del ex Presidente tras incidentes ocurridos en su llegada.
Tranquilo y acompañado la mayor parte del tiempo por uno de sus abogados, pasó su primera noche en prisión el ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien se entregó el sábado a la policía para cumplir en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, la pena de 12 años de prisión a que fue condenado por corrupción y lavado de dinero.
"Él durmió tranquilo y no fue maltratado por los agentes del lugar. Permanece sereno y tranquilo", informó a través de un comunicado el Partido de los Trabajadores (PT).
De acuerdo con la nota, el abogado Cristiano Zanin, uno de los miembros de su equipo de defensa, lo acompañó durante un largo período en la celda antes de tener que abandonar el lugar.
El comunicado agrega que cerca de mil personas esperaron la noche del sábado a Lula frente a la sede de la Policía Federal para manifestarle apoyo en el momento en que decidió "cumplir una decisión judicial que le hizo pasar de la condición de víctima de una persecución judicial a la condición de preso político".
El PT informó que realizará una vigila permanente en las inmediaciones del lugar en que Lula está encarcelado tanto para exigir su liberación como defender su derecho a disputar las elecciones presidenciales de octubre próximo, para las que aparece como favorito en todos los sondeos.
El ingreso de Lula a la prisión en Curitiba estuvo marcado por los incidentes que se produjeron cuando aterrizó en el helipuerto en la sede policial y explotaron dos supuestos petardos en medio de la concentración de sus partidarios.
Ante este hecho, la Policía Federal, que estaba apostada en el interior del local, reaccionó inmediatamente lanzando gases lacrimógenos y balas de goma que obligaron a la militancia del líder de los Trabajadores a dispersarse en medio de una gran confusión en la que nueve personas sufrieron heridas.
Por eso, la Policía Federal (PF) de Curitiba reforzó ayer su seguridad en los alrededores de la Superintendencia local. La policía dispuso un cordón policial de una cuadra alrededor de la Superintendencia. Sólo podrán pasar los residentes del lugar y las personas que van a la comisaría, pero no los manifestantes.
Pese a esto, organizaciones sociales afines a Lula instalaron un campamento a unos 500 metros del lugar donde se encuentra preso, y se espera que en los próximos días lleguen otros buses de diversas regiones del país a sumarse.