Pensiones Dignas: nuestra propuesta para Chile de seguridad social
Chile carece de un sistema de pensiones bajo los principios de la seguridad social. El sistema discrimina, carece de solidaridad, carece de equidad de género y lo más importante, entrega pensiones insuficientes para asegurar una vejez digna para la gran mayoría de los adultos mayores.
Mientras las AFPs tuvieron utilidades por más de 350.000 millones de pesos el año 2016, el 79% de las pensiones autofinanciadas están bajo el salario mínimo. Así, el sistema de AFP multiplica la desigualdad.
Esta desigualdad es más perversa con las mujeres. La sociedad les entrega la responsabilidad reproductiva y de cuidados, lo que limita su desarrollo en el mundo del trabajo remunerado. Pero, sus pensiones dependen de su participación en el mercado laboral, desconociendo el trabajo no remunerado. Como resultado, las pensiones de las mujeres son un 37% menor que las de los hombres.
Chile requiere un cambio urgente y sustantivo en el sistema de pensiones: estructural, gradual y permanente. Por eso, Beatriz Sánchez ha adherido a la propuesta de No más AFP.
Esta propuesta plantea la creación de un sistema de seguridad social solidario, sostenible financieramente y moderno, administrado por una Nueva Institucionalidad Pública y Autónoma que integre a todos los ciudadanos en el sistema.
Además, se establecen pensiones definidas, pero que se incrementan en la medida que aumentan los años cotizados. Se garantiza una pensión mínima (no contributiva) equivalente al 100% del salario mínimo de hoy para todas las personas en edad de jubilar y una pensión de reemplazo (contributiva) con mínimos (superior al salario mínimo) y máximos claros (y un tope de 100 UF mensuales).
Esto permite asegurar la no pobreza en la vejez, una menor desigualdad en la vejez y una menor vulnerabilidad.
Por último, esta propuesta es sostenible financieramente porque junto con equilibrar la cotización de trabajadores (baja de 11,4 a 9%) y empleadores (sube de 1,4 a 9%), esta tiene un componente de ahorro colectivo que supone la existencia de un fondo de reserva técnica. Hoy Chile tiene un gasto público en pensiones de 4,8% del PIB mientras que en promedio los países de la OCDE es cerca de 8%. Esta propuesta implicará un gasto público menor en el primer año de implementación de 3,07% del PIB y sube gradualmente para llegar el año 2075 al 7,72% del PIB.
Llamamos a la ciudadanía al diálogo social y empujar cambios relevantes en el sistema de pensiones. Nuestros adultos mayores tienen miedo, y con justa razón. Aseguremos una vejez digna para ellos y ellas en un sistema de seguridad social solidario, moderno y sostenible.
Claudia Sanhueza