Personal de la Brigada Investigadora de Robos (Biro) de la PDI de Copiapó recuperó un notebook Lenovo Thinkpad, avaluado en medio millón de pesos, el que fue sustraído el año pasado desde dependencias de la Superintendencia de Educación Atacama ubicadas en calle Portales.

Esto gracias a un trabajo colaborativo entre la Policía de Investigaciones y la empresa canadiense "Absolute", propietaria de un sofisticado sistema de rastreo de aparatos tecnológicos, cuyo software estaba instalado en el dispositivo robado, permitiendo la ubicación exacta del dispositivo. Debido a ello, una persona de 23 años fue detenida por el delito de receptación y el dispositivo fue devuelto a sus dueños.

Tras casi un cuarto de mes de libertad, Brayan González se encontraba disfrutando de las nuevas bondades que había conseguido, eso luego de su huida desde el penal de Chañaral, lo que había desatado una intensa búsqueda por parte de las policías, para intentar devolverlo hasta la cárcel de la comuna.

La búsqueda logró sus frutos durante la madrugada de ayer, cuando el joven de 22 años se encontraba recorriendo las calles de la capital de la provincia del Huasco, siendo sorprendido por personal de Carabineros.

Tras dar con el sujeto, efectivos de la tercera Comisaría de Carabineros en Vallenar inició el proceso de control preventivo de identidad. Procedimiento en que los uniformados se percataron que el sujeto contaba con orden de detención pendiente de parte del Juzgado de Garantía local, por lo que procedieron a su detención.

Tras este accionar, se dio cuenta de la detención del prófugo de la justicia y fue puesto a disposición de la justicia en Vallenar.

El escape

Cabe recordar que Brayan González se fugó desde el recinto penitenciario de Chañaral a fines del mes pasado, luego de haber realizado una visita al hospital, en compañía de personal de Gendarmería.

Sin embargo, y según trascendió, el reo era trasladado sin las esposas por el personal del recinto penitenciario.

Tras retornar a las instalaciones de la cárcel, el joven de 22 años aprovechó un descuido del personal de Gendarmería, para perpetrar su escape.

Logro su objetivo con poco más que fuerza de voluntad, pues el recluso, logró salir caminando por la puerta principal de la cárcel, sin ser impedido por personal alguno, tal como quedó registrado en las cámaras del lugar.

Sin embargo su hazaña quedó en completa impunidad hasta el día siguiente, debido a que nadie, al interior de la cárcel, se había percatado de su ausencia.

Según trascendió el hecho se mantuvo en el total desconocimiento de los funcionarios desde cerca de las 22 horas, momento en que dejó las instalaciones, hasta el momento en que se realizó el conteo de reclusos, a eso de las 7 de la mañana del día siguiente.

Pasadas las tres de la madrugara de este miércoles un grupo aún indeterminado de sujetos, ingresó hasta las dependencias del restaurante la Chingana, ubicado en la calle Atacama en Copiapó.

El hecho se produjo tras el cierre del local, momento en el que los desconocidos rompieron una de las ventanas perimetrales del recinto.

El hecho quedó al descubierto recién a las 10 de la mañana, momento en el que se daba inicio al turno matutino en el local.

Según comentó Bárbara Yáñez, la trabajadora que descubrió lo sucedido: "Venía llegando y vi que la mampara de madera estaba abierta, llamé a mi compañero para que me acompañara a ver y estaba la bolsa con los tragos, había sangre, la ventana estaba rota y después cuando llegó la jefa y entramos para ver qué había pasado estaba todo desordenado adentro. Habían roto las puertas de las oficinas, la caja, la barra. En realidad estaba todo dado vueltas adentro".

Tras esto, dieron aviso a la autoridad, por lo que personal de la Brigada de Investigaciones de Robo, de la Policía de Investigaciones se constituyó en el local para iniciar las pericias por lo sucedido.

Tras el trabajo de la policía civil se logró comprobar que los sujetos no habrían sustraído especies, debido a que al momento de ingresar al recinto uno de los antisociales habría quebrado la ventana con sus propias manos, lo que le habría provocado lesiones de consideración.

Dicha herida, habría generado la gran cantidad de sangre que los trabajadores del recinto encontraron al iniciar sus jornadas laborales.

Hasta el momento del cierre de esta edición, no se conocían detalles respecto a las identidades o el número de sujetos que irrumpieron en la Chingana.