Hijo de ejecutado duda si cuerpo que enterró era de su padre
DICTADURA. En una exhumación de otro cuerpo encontraron siete dedos momificados y según manifestó uno corresponde a su progenitor.
Rodolfo Villarroel enterró a su padre hace 26 años. El copiapino murió cerca de Tocopilla en 1973 a la edad de 34 años debido a la acción de agentes del Estado en la dictadura. Hoy su hijo expresa sus dudas respecto a si esos restos que están en el Cementerio Municipal de la capital regional corresponden a su padre.
Según cuenta sus dudas nacieron porque hay nuevas pericias del Servicio Médico Legal que generan un manto de interrogantes respecto a los restos de dos copiapinos. "Ha habido errores y negligencias respecto a la identificación y entrega de dos copiapinos que fueron fusilados en la mina de Tocopilla durante la dictadura de Pinochet. Nosotros habíamos tenido siempre dudas respecto a la identificación de los restos de Luis Segovia Villalobos, en su momento denunciamos por los restos entregados de Carlos Benavides Garay, de Santiago, porque ese ataúd llegó a tener en su interior tres brazos", comentó Villarroel, quien es presidente de Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.
Ante las interrogantes, en 2004 solicitó exhumar los cuerpos, pero indicó que no hubo una buena respuesta. "Me trataron de loco, fui vapuleado por las autoridades de esa época".
Sin embargo, según Villarroel, hoy cuando se realizan diligencias a solicitud del juez Carroza, "nos damos cuenta que nuestra denuncia tenía razón. En el ataúd de Carlos Benavides existe un cuerpo completo con un brazo y nueve piezas óseas más que le sobran a ese cuerpo. Se hicieron los primeros peritajes de identificación y nos encontramos con la sorpresa que dentro de los siete dedos momificados de ese ataúd uno pertenece a mi padre, lo que agrava la situación. Cuando nos entregaron a mi padre sus manos estaban completas, eso nos genera la tremenda duda de a quién corresponden esos restos y en esa mina hay 29 personas más desaparecidas", dijo.
Por eso, Villarroel se cuestiona la situación y la labor del Servicio Médico Legal. "Si este proceso que vamos a iniciar nuevamente de identificación, de exhumación de restos determina que los restos que están en Copiapó no son de mi padre, son de otra familia, ¿quién responde?, cómo le explicamos que los restos de su familiar los tuve yo durante 26 años".
"Hoy no tengo la seguridad si los restos son de mi papá, esperamos que sí sean. Estas situaciones vuelven a golpearnos. El dolor es un momento, porque nos fortalece y vamos a seguir luchando para que esta situación se aclare no solo con nuestros familiares sino con todos los que no han sido encontrados", dijo.
Villarroel analiza interponer una querella por negligencia dolosa en la identificación y entrega de los cuerpos.