Entrenar el cerebro para prevenir el Alzheimer sería posible
ESTUDIO. Un tipo de inducción relacionado con la velocidad de procesamiento de información disminuiría en un 48% el riesgo de sufrir demencia.
Después de años de resultados infructuosos en este campo, una investigación presentada esta semana sugirió que sí es posible entrenar el cerebro para prevenir el Azheimer o la demencia.
El estudio, revelado en el encuentro anual de la Asociación de Alzheimer, en Toronto, Canadá, mostró que a través del llamado "entrenamiento computarizado" se podría evitar padecimientos de este tipo.
Los hallazgos surgieron del estudio denominado Advanced Cognitive Training for Independent and Vital Elderly (Active), en el que a partir de 1998 se reclutaron a casi tres mil participantes. Desde entonces, según recogió la revistaThe New Yorker, el experimento ha sido objeto de más de 50 papers científicos.
Los voluntarios, quienes al comienzo de las pruebas tenían una edad promedio de 73,6 años, fueron divididos aleatoriamente en cuatro grupos. El primero de ellos, que sirvió como grupo de control, no recibió ningún tipo de entrenamiento cerebral. A otros dos grupos se les proporcionaron diez horas de clases sobre cómo mejorar la memoria o el razonamiento. El último grupo, en tanto, desarrolló algo conocido como "entrenamiento de la velocidad de procesamiento".
En esta última inducción, las personas debían mirar la pantalla de un computador, en la que por un pequeño instante aparecían dos imágenes, una en el medio y otra en la periferia. Luego, el computador les pedía identificarlos y hacía preguntas como: ¿La imagen central era un auto pequeño o un camión pequeño?, ¿en qué lugar del borde apareció la segunda imagen?
Entre más precisos eran los individuos, más fugazmente aparecían las fotos. Además, el auto y el camión se volvían cada vez más similares y el fondo se tornaba más distractor.
Aunque al principio este ejercicio resultó difícil, en general todas las personas lo hicieron con mayor facilidad y precisión a medida que practicaban.
Diez años después de que comenzara el estudio, los investigadores seguían en contacto con casi todos los participantes originales. A algunos se les ofreció cuatro horas adicionales de entrenamiento y los científicos continuaron haciéndoles seguimiento.
Por ese entonces, más de 300 personas reportaban síntomas relacionados con la demencia, pero sus probabilidades variaban significativamente según el grupo en el que fueron asignados.
Entre quienes no recibieron ningún tipo de entrenamiento, un 14% reportó síntomas. Según dijo el citado medio, esa cifra es alrededor de la mitad de la tasa promedio registrada en los estadounidenses octogenarios. Esto no sorprendió al equipo, ya que el estudio reclutó solo a adultos sanos cuando partió el trabajo.
La tasa comparable de demencia en el grupo que se sometió a la inducción de velocidad de procesamiento fue levemente más baja, de un 12,1%. Mientras que entre quienes se sometieron a horas adicionales de entrenamiento, solo un 8,2% desarrolló demencia.
Con todo, los autores calcularon que aquellos que completaron al menos alguna de estas sesiones fueron un 48% menos propensos a ser diagnosticados con demencia diez años después, en comparación con sus pares del grupo de control.
Las clases de razonamiento y memoria, sin embargo, no parecieron tener efecto.
En opinión de Susanne Jaeggi, directora del Working Memory and Plasticity Laboratory de la Universidad de California, en Irvine, "este es un hallazgo espectacular". "No teníamos ninguna evidencia de que el entrenamiento computarizado tiene efectos preventivos en la demencia. Este estudio entrega evidencia de que sí es posible", dijo la académica a The New Yorker.
Resultados "notables"
Uno de los supervisores del estudio, Jonathan W. King, también manifestó su satisfacción con los resultados, los que calificó de "notables". "No hemos encontrado ninguna otra evidencia o fármaco que cambie la incidencia de la demencia. Por lo tanto, si se comprueba algo como esto, sería muy interesante", manifestó King, quien pertenece al Instituto Nacional de Envejecimiento de EE.UU. y es profesor de Sicología Cognitiva de la Universidad Carnegie Mellon.
comenzó el proyecto Advanced Cognitive Training for Independent and Vital Elderly (Active). Esta semana se revelaron sus resultados. 1998