Mauricio Mondaca
El Presidente ruso, Vladimir Putin, insistió ayer en rebatir la exclusión de los Juegos Olímpicos de Río de los deportistas de su país que no estén implicados en casos de dopaje y advirtió que su ausencia desvirtuará la competencia.
"La situación se sale no solo del marco legal, sino también del sentido común. Hay que decir con toda claridad que no quieren dejar el deporte en paz. Es un intento de llevar al deporte la reglas que, lamentablemente, dominan en la política mundial", denunció.
Putin, quien no viajará a la ceremonia de inauguración de los Juegos, recibió ayer al equipo olímpico que viajará a Brasil en una ceremonia oficial en el Kremlin -el palacio presidencial ruso- para mostrarles su apoyo y pedirles que "demuestren a todo el mundo que (los rusos) sabemos ganar honestamente".
Cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) cedió el domingo a las federaciones la última palabra sobre la suerte de los deportistas rusos, muchos respiraron de alivio, pero la seguidilla de exclusiones de los últimos días demostró que aquello no fue más que una victoria muy eventual.
Putin denunció que muchos deportistas rusos fueron apartados sin que se presentaran "pruebas concretas de dopaje", lo que consideró "un revés para todo el mundo del deporte y a los Juegos", al desacreditar los principios que defiende el olimpismo.
La ausencia de los deportistas rusos hará "la competencia menos espectacular" y dará a las victorias de sus rivales "un sabor totalmente diferente", agregó el Mandatario, quien añadió que esas "injustas" exclusiones dieron "una puñalada al deporte mundial en su conjunto".
Las saltadoras Yelena Isinbayeva y Maria Kuchina, así como el corredor de 110 metros vallas Sergey Shubenkov, todos apartados de Río 2016, son algunos de los deportistas que visitaron a Putin en el Kremlin.
Isinbayeva, doble campeona olímpica, a poco de comenzar su discurso no pudo contener el llanto. Visiblemente afectada, pidió a sus colegas que "demuestren de lo que son capaces, por ustedes y por nosotros".
"recaída peligrosa"
El Presidente Putin ha levantado, desde el primer minuto, la tesis que las sanciones al deporte ruso tienen más que ver con un supuesto ardid político internacional, el que sugiere sería más un consecuencia de los pasos de Rusia en Ucrania y Siria, así como del deterioro de sus relaciones con Europa, Estados Unidos y la OTAN, que con el corazón del conflicto, que es la relación entre el deporte de su país y el doping.
Así de claro lo dejó a mediados de este mes, cuando calificó de "recaída peligrosa" lo que denominó "la nueva intromisión de la política en el deporte", cuando se conoció la decisión de no dejar participar al atletismo de ese país en la cita que comenzará en Río. El Mandatario ruso afirmó en esa oportunidad que "estamos observando una peligrosa reincidencia de la intromisión de la política en el deporte. Es verdad, la manera en cómo se realiza ha cambiado, pero el sentido es el mismo: hacer del deporte un instrumento de presión geopolítica y crear una imagen negativa de algunos pueblos y países".
atletas rusos fueron desautorizados por la Federación Internacional de Atletismo para viajar a Río 67
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