Tony Blair ofrece disculpas por "errores" en la guerra de Irak
CONFLICTO. Informe oficial concluyó que se autorizó invasión sin pruebas de inteligencia justificadas y sin haber agotado opción pacífica.
El ex primer ministro británico Tony Blair fue duramente criticado en el informe sobre la guerra de Irak de 2003 por haber autorizado la invasión con pruebas de inteligencia "no justificadas" y sin haber agotado la opción pacífica.
El antiguo funcionario John Chilcot publicó ayer su extenso y exhaustivo informe sobre la guerra, después de siete años en los que evaluó miles de documentos oficiales, interrogó a testigos e interpeló a políticos, si bien su misión no tenía como objetivo procesar ni recomendar cargos contra nadie.
En el informe se indica que su propósito fue "considerar el periodo que abarca del verano (boreal) de 2001 hasta finales de julio de 2009, que implica la gestación del conflicto en Irak, la acción militar y sus secuelas".
En su documento, de 12 volúmenes, Chilcot colocó el peso de la responsabilidad en Blair y reveló el alcance de su alianza con el entonces Presidente de EE.UU. George W. Bush, a quien en 2002 le prometió apoyo incondicional para invadir Irak.
"Estaré contigo pase lo que pase", escribió Blair a Bush el 28 de julio de 2002, ocho meses antes de que sus dos países se embarcaran en un conflicto con consecuencias para Irak, Medio Oriente y la sociedad británica.
Al presentar su documento en el centro de conferencias Queen Elizabeth II, Chilcot dijo que la alternativa militar "no fue la última opción" disponible del Gobierno laborista de entonces y que la información de inteligencia para justificar la guerra fue "defectuosa".
Las consecuencias de la invasión fueron subestimadas a pesar de las "advertencias explícitas" al respecto y la planificación de la situación de postguerra en el país árabe fue "totalmente inadecuada", agregó Chilcot, que inició su trabajo en 2009 por encargo del entonces primer ministro, el también laborista Gordon Brown.
"Está claro ahora que la política sobre Irak se hizo sobre la base de una (información de) inteligencia defectuosa (...). Esta no se cuestionó y debió hacerse", afirmó Chilcot, cuyo informe fue mucho más devastador contra Blair de lo que se esperaba.
Blair, que estuvo en el poder entre 1997 y 2007, respondió al informe dejando claro que asumía "toda la responsabilidad" por cualquier error cometido en la invasión, pero adujo que tomó la decisión "de buena fe" y para "el mejor interés" de su país.
"Fue la decisión más difícil que he tomado. Expreso mi dolor y disculpas", manifestó.
Asimismo, Blair reconoció las "divisiones" que la guerra provocó en su país y explicó que sentía "profundamente" el dolor y el sufrimiento de las familias que perdieron seres queridos.
"La información de inteligencia que se produjo en el momento de la guerra resultó ser errónea, y las consecuencias resultaron ser más hostiles, prolongadas y sangrientas de lo que habíamos imaginado", señaló Blair.