Una marcha estudiantil realizada ayer en Santiago concluyó con un ataque por parte de un grupo de encapuchados a la Iglesia de la Gratitud Nacional, ubicada en el centro de la ciudad. Desde el recinto religioso sustrajeron la imagen de un Cristo, que luego sacaron a la calle y destruyeron.
Los incidentes opacaron la marcha organizada por la Confech y secundarios, que congregó a miles de manifestantes pese a la inundación que sufrieron las comunas de Providencia y Santiago a raíz de la rotura de una matriz de agua.
Con la protesta, los estudiantes pretendían ejercer presión para incidir en el proyecto de educación superior que el Gobierno enviará este mes al Congreso, y dar una señal previa a la reunión que tendrán hoy con la ministra de Educación, Adriana Delpiano.
Los incidentes, que comenzaron apenas se inició la marcha y se prolongaron por cerca de tres horas, fueron incitados por decenas de encapuchados que sacaron las vallas papales instaladas y lanzaron piedra y botellas a personal de Carabineros. Estos respondieron utilizando bombas lacrimógenas y carros lanzaaguas y lanzagases.
El saldo de los incidentes fue infraestructura pública, como semáforos y paraderos, completamente destruida.
Si bien la manifestación estaba autorizada, la Intendencia Metropolitana había solicitado a los dirigentes reprogramarla debido a las inundaciones que afectaban a la ciudad. Pero los organizadores no aceptaron y solo accedieron a modificar el punto de inicio de la marcha.
La Fiscalía Metropolitana Centro Norte abrió una investigación de oficio por el ataque a la Iglesia de la Gratitud Nacional. El objetivo es determinar responsabilidades penales en los daños ocasionados al edificio, que es Monumento Nacional, y los causados a los objetos de culto.
El Ministerio Público indaga dos delitos. El primero corresponde al artículo 38 de la Ley de Monumentos Nacionales, que sanciona a quien "causare daño o afectare de cualquier modo" la integridad de un inmueble de este tipo. Esta conducta se sanciona con una pena que va desde los 541 días a los cinco años de presidio, además de una multa que fluctúa entre 50 y 200 UTM.
Asimismo, se indaga una posible infracción al artículo 139 del Código Penal, que castiga al que "con acciones, palabras o amenazas ultrajaren los objetos de un culto".
Poco después de conocidos los incidentes, el ministro del Interior, Mario Fernández, realizó una visita a la iglesia, donde además de condenar los hechos, anunció que la Intendencia presentó una querella contra los responsables.
"Quiero expresar la condena por parte del Gobierno de este tipo de actos. Independiente que se trate de una sede de un culto religioso, lo que se ha visto en las imágenes es un síntoma muy preocupante de lo que algunos jóvenes están llegando a realizar en el país", dijo el nuevo jefe de gabinete.
"Debemos impedir que en nuestra juventud se extiendan este tipo de conductas", agregó.
Proyecto de ley "anti encapuchados"
Luego de los incidentes de ayer, los diputados Claudia Nogueira (UDI), Daniel Farcas (PPD), Gonzalo Fuenzalida (RN) y Gabriel Silber (DC) emplazaron al Ejecutivo a poner urgencia al proyecto de ley "anti encapuchados", que fue presentado por ellos la semana pasada en la Cámara. En opinión de los parlamentarios, los hechos resultan insostenibles, pues "los encapuchados se están tomando este país en cada manifestación que estudiantes u otros gremios realizan pacíficamente en busca de sus demandas".