Obesidad en infantes
La obesidad y el sobrepeso son factores de riesgo cardiovascular, están asociados al síndrome de resistencia a la insulina, a problemas sociales como el bullying. Es en edades tempranas cuando se generan muchos de los hábitos que nos acompañarán durante toda la vida. El trabajo y el ejemplo de las familias es fundamental, pero requiere mucho compromiso.
Un 10,3% de los niños menores de seis años en el país sufren de obesidad, de acuerdo a las últimas cifras oficiales del Ministerio de Salud. La situación se agudiza a partir de los dos años y crece aún más cuando los niños ingresan al colegio, etapa en que el porcentaje de obesidad supera el 20%.
El problema es complejo de resolver porque hay involucrados factores personales, familiares y sociales. No obstante, es urgente que todos los entes involucrados asuman el desafío de disminuir las preocupantes cifras de malnutrición por exceso que están hipotecando la salud de nuestra población lo que traerá, sin duda, altos costos en atención médica en el futuro.
La obesidad y el sobrepeso son factores de riesgo cardiovascular, están asociados al síndrome de resistencia a la insulina, a problemas sociales como el bullying e incluso a deformaciones en la columna y a enfermedades óseas como la osteoartritis. Más preocupante aún es que el riesgo de mantener esta condición en la etapa adulta es muy alto. De este modo, un 30% de los preescolares obesos y un 50% de los escolares obesos conservarán esta condición en la adultez. Si agregamos el sedentarismo, el tabaco y la diabetes elevamos el peligro de fallecer a causa de una patología cardiovascular.
Vale considerarlo en toda época del año, pero en especial durante las celebraciones. Lograr que los festejos no sean para los niños sinónimo de golosinas, sino que de pasar un grato momento en compañía de los seres queridos es un proceso lento, pero que es necesario comenzar.
En esta cruzada, las empresas podrían colaborar evitando entregar a los hijos de sus colaboradores las típicas bolsas repletas de alimentos que perjudican su salud. Es necesario cambiar en forma paulatina la cultura y ofrecerles actividades que les permitan gastar energía y compartir con sus pares.
Como se ha explicado, es en edades tempranas cuando se generan muchos de los hábitos que nos acompañarán durante toda la vida.
Mejorar estos indicadores en los niños está a la mano de las familias.