Los pro y contra de vivir en una ciudad en la que se puede caminar
CALIDAD. Si bien estos lugares están vinculados a tener una mejor salud, el gasto económico que implican puede generar insatisfacción con la vida.
Muchos expertos, entre urbanistas y médicos, recomiendan a las personas caminar más seguido y estar en contacto con la naturaleza. A partir de este consejo, es común pensar que las ciudades con mayor acceso peatonal son las más felices.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Virginia (EE.UU.) considera que, si bien las personas que viven en las zonas más transitables gozan de un mejor estado de salud, aquello no asegura su felicidad. Esto, en comparación a quienes viven cerca de avenidas congestionadas.
Factores positivos
Los hallazgos se contradicen con otras investigaciones. En general, se asegura que el bienestar físico y emocional están íntimamente relacionados.
Por ejemplo, cuando hacemos ejercicio, el cerebro libera endorfinas, encargadas de bloquear el dolor en el corto plazo y protegen a largo plazo de enfermedades como la depresión.
Factores negativos
Shige Oishi, académico de la Universidad de Virginia y autor principal del estudio, indicó que los hallazgos probablemente revelan que los problemas que enfrentan las ciudades podrían superar los beneficios que ofrece el caminar. Para ello, coloca como ejemplo lugares típicos de EE.UU.
"Nueva York, San Francisco, Boston, son todos muy accesibles y saludables", señaló Oishi en declaraciones al sitio Tech Insider.
El especialista cree que la razón por la que estas ciudades son saludables, pero no felices, es la desigualdad económica entre este tipo de lugares y otros que, a simple vista, no ofrecen una buena calidad de vida.
Oishi explicó que mucha gente podría compararse con las cosas buenas que hay en la ciudad, "lo que podría afectar de manera negativa su satisfacción por la vida".
Análisis de datos
Para efectos del estudio, Oishi y su equipo se basaron en datos de más de 177 mil personas que viven en 703 regiones metropolitanas y "micropolitanas" en todo el país. Estos datos fueron recogidos a partir del Comportamiento de los Factores de Riesgo del Sistema de Vigilancia (BRFSS) de 2005, una encuesta telefónica de largo alcance en Estados Unidos.
Los resultados arrojaron que las personas que vivían en las ciudades peatonales eran notablemente más saludables que la gente que vivía en los suburbios y zonas rurales, con un índice de masa corporal (IMC) más bajo.
Sin embargo, y para sorpresa del equipo, no hubo correlación entre vivir en una ciudad transitable y los niveles de felicidad de una persona. En síntesis, habría una desconexión en cómo las personas determinan su propia felicidad.
Falta de felicidad
Sobre este punto, Oishi profundizó en el por qué no existe dicha relación. Según el especialista, todo apunta que la felicidad no siempre está ligada a la salud, sino a la condición económica.
En ese sentido, las personas que viven en este tipo de ciudades y que ostentan más recursos para mantenerse en ellas no siempre son felices, ya sea por la falta de manejo o porque simplemente el dinero no suple todas las necesidades.
Otro factor que está involucrado es que las personas trabajan mucho para mantener un buen status, por lo que no tienen tiempo de disfrutar de un buen paseo. Esto influiría en una evaluación sobre la satisfacción con la vida.
Cómo enfrentar las desventajas
Una de las soluciones que plantea Oishi es cambiar el sentido de los paseos. No basta con caminar por las calles por el simple hecho de desplazarse, por ejemplo, desde el trabajo hasta la casa y viceversa. La caminata por el ocio puede resolver este problema, además de buscar lugares y horarios especiales para dar un paseo a pie o en bicicleta sin toparse con el tráfico de la ciudad. De esta manera, aseguró el autor del estudio, es posible llegar a un envejecimiento saludable.