Fue una imagen que los fieles nunca pensaron que solo iba a estar en fotografía, era aquella Virgen de La Candelaria que los acompañó durante años, pero que hoy no está porque un desconocido la quemó junto a San Lorenzo, patrono de los mineros.
Fue el silencio el que dio inicio a la misa desarrollada como cada año en el Santuario de Nuestra Señora de La Candelaria de Copiapó. Esto como parte del acto de desagravio por lo vivido en el Santuario el martes pasado, tras los ataques incendiarios que destruyeron ambas imágenes. La eucaristía fue presidida por el vicario general, y que incluyó la participación del jefe general de los bailes con cantos a lo divino.
En la homilía, referida al evangelio de la visita de la Virgen María a su prima Isabel, el padre Alejandro comenzó señalando que a pesar de los momentos dolorosos vividos por la comunidad, este era "un día de esperanza", e invitó a los fieles a revisar "cómo vamos viviendo nuestro seguimiento de Cristo", y a "saber reconocer el paso de Dios en nuestra vida, como María, a través de las alegrías y tristezas del día a día; a descubrir la maravilla de Dios en medio del barro, del dolor; salir al encuentro del otro y ayudarle a reconocer a Dios siempre presente".
En un momento emotivo de la misa, las religiosas y religiosos ofrecieron un trozo de tela para la confección de un nuevo manto para la futura imagen de la Virgen Candelaria.
Mensaje
En la parte final de la celebración las religiosas y religiosos dirigieron un mensaje a la comunidad, en el que reafirman las palabras del obispo, cuando señaló que "entre el barro y al destrucción asomará el rostro del Señor".
Finalmente, sobre los ataques incendiarios a la figura de La Candelaria, señalaron que "han prendido fuego no solo a tu imagen venerada… sino a nuestra fe; aquel que nos hizo tan grande daño, nos hizo al mismo tiempo un gran favor: nuestra fe ha aumentado y se ha renovado en torno a la Madre del Señor, Madre de Atacama y de esta Iglesia peregrina".
devotos
Este año, la cantidad de fieles se habría cuadruplicado en comparación con la Fiesta de La Candelaria Chica de otros años. Esto como una muestra de la fe a la Virgen de la Candelaria que fue incendiada el martes por una persona que todavía no es detenido.
Para muchos la procesión fue un momento distinto, los llamados llevadores de la virgen también vivieron este momento de manera especial.
"Hay alegría, emoción. Yo cargo la virgen grande y al llegar a la iglesia me dio mucha pena, ganas de llorar, impotencia de no poder hacer nada. Me da mucha emoción cargar la virgen histórica también porque primera vez que lo hago, hace 41 años que cargaba la virgen grande. Me gustaría que se restaurara la virgen, acá voy estar para esperarla siempre", explicó Sergio Valdivia.
Hay otras personas que cada año llegan a las actividades de la procesión, esta vez observaron cómo solo se trasladaba la Virgen histórica, encontrada por Mariano Caro Inca. "Soy de Talca, hace más de 20 años que estoy en Copiapó. Es muy doloroso lo que nos hicieron, esperamos que la restauren. A todos nos gustaba la virgen grande. Es doloroso, lo que le hicieron a la imagen de la virgen. Da pena, me da emoción y tristeza todo esto", dijo Gladys Contreras, una de las fieles.
NOS FORTALECE
Esta situación para muchos de los devotos hace que su fe sea mayor, una fortaleza que consideran que debe seguir con más fuerza. "Es una fortaleza en la fe, quien nos quemó la imagen cree que nos hace un mal quemándonos la imagen, todo lo contrario, nos hace saber que la virgen de la Candelaria es importante. Esto nos hace ser más fieles y creyentes a la virgen", comentó Pascual Castro, jefe general de los bailes.
Señala que cree que la justicia llegará, pero por parte de Dios. "Nací en los bailes de La Candelaria, soy parte de los bailes tradicionales. Creo que hay que dejarle la cosas a Dios y el aplicará el castigo, no sabemos quién fue, si fue una secta, para nosotros en lo que hicieron está el demonio".
Respecto a la imagen que ayer los fieles lograron ver, es para ellos un privilegio estar cerca. "Estamos paseando a la imagen histórica, la que dio esta fe en Atacama, ella es la que tiene 236 años".
Don Rogelio Cortés de 76 años llega en su silla de ruedas a saludar a la Virgen de La Candelaria, a pesar de las circunstancias siempre ha participado en uno de los bailes. "Vendré aquí hasta que muera, tengo muchas enfermedades, gracias a Dios estoy aquí por mi fe. Quien hizo el daño es una persona enferma, no puede ser alguien con sus cinco sentidos, si es de otra religión no tienen para qué destruirla, porque hay un pueblo que la alaba".
Considera que lo importante ahora es enfocarse en restaurarla para que vuelva a estar con su pueblo. "Hay que restaurar la virgen grande, es la fiesta chica, muchos pensaron que al no estar la imagen no iba a haber fiesta, pero no es así. Al que lo hizo, creo que Dios le dará lo que se merece por la barbaridad que hizo porque la justicia está corrupta".
Carlos Pallante llegó hace más de 40 años a Atacama y conoció a la virgen, desde ahí se transformó en uno de sus fieles. "Estoy emocionado con lo que ocurrió acá, me enteré de lo ocurrido por la radio. Siempre he sido devoto de la virgen, llevo 45 años en Copiapó y desde que llegué he venido. Me pregunto quién hizo esto, creo que puede haber sido algún fumador de droga, gente con los buenos sentidos no hará algo así con un santo y una virgen. Es una maldad muy grande".
También plantea la necesidad de restaurarla, pero "creo que hay que enviarla a otro país para hacerlo. Respecto al tipo que hizo esto creo que no lo van a castigar si lo llegan a pillar, hay que dejárselo a Dios".
Yollet Araya no logra contener las lágrimas al ver solo la imagen de la fotografía. Desde pequeña que llegó al santuario y conoció a "la chinita" como le dicen. "Hace 28 años que bailo, para mí significa una pena que no se puede explicar, sé que la imagen representa a nuestra madre en el cielo. Ella es para nosotros nuestra patrona y nos quemaron nuestra patrona, quién lo hizo sé que será perdonado por Dios y por nosotros como iglesia, pero creo que él no sabe el inmenso daño que nos ha provocado".
A partir de lo ocurrido los fieles consideran que hay una oportunidad en el ámbito de la espiritualidad de los fieles. "Con esto reafirmamos nuestra fe, es importante ponernos de pie. Los llamo a todos los bailes religiosos a toda la comunidad a la reconstrucción de la misma imagen, quizás no va a tener la misma hermosura que tenía cuando la conocimos, pero va a ser ella. Mi tío y mi padre lleva 40 años bailando a la misma virgen", agregó Yollet Araya.
Además, reflexiona respecto a lo que ocurre con el al mirar la fotografía. "Sentí un poco de rabia por no haber estado allí para protegerla, debí haberla bailado mucho más, cantado más, dejado más cosas de hacer por estar aquí. A la vez Dios es muy sabio, nuestra fe no se quemó, estamos aquí a días de lo que pasó para volver a reafirmarla", dijo.
Agrega que "la iglesia llama al perdón, pero nosotros somos seres humanos, yo creo que el camino del perdón para nosotros será largo y se va a reparar en parte cuando ella vuelva y esté nuevamente aquí", sentenció Araya.