Rosetta suma una nueva hazaña y se acerca lo máximo al sol
espacio. La sonda que órbita al cometa 67P pasó a 186 millones de kilómetros de la estrella. Los científicos observaron el efecto del calor en el cuerpo celeste.
La misión Rosetta continúa sumando logros espaciales. La madrugada de ayer la sonda, que desde agosto pasado órbita entorno al cometa 67P Churyumov-Gerasimenko, pasó por su punto más cercano al Sol.
La sonda que fue enviada al espacio en marzo de 2004 y que viajó durante una década para lograr orbitar en torno a cometa, en el que se posó el robot Philae (que actualmente se encuentra dormido por la falta de luz), alcanzó su perihelio -su punto más cercano al Sol-, a las 00.03 de ayer.
El objetivo de este momento de la misión es que Rosetta pueda permitir a los científicos ver cómo se comporta el cometa, que está formado por hielo, minerales y partículas con carbono, cuando se acerca a la estrella del Sistema Solar, y cómo sus componentes se transforman en gas que va directo al espacio arrastrando polvo.
Según la Agencia Espacial Europea, el aumento del calor de la radiación solar calienta el núcleo del cometa, que libera gases que forman su atmósfera y la cola.
El cometa pasó a una distancia de 186 millones kilómetros del astro -y a 265 millones de km de la Tierra- y ahora se moverá de vuelta en una órbita que lo alejará hasta 800 millones kilómetros.
La hazaña además marca un hito histórico, ya que se trata de la primera vez que una sonda espacial se acerca al sol hasta su punto máximo acompañando a un cometa.
Michael Kueppers, el coordinador de operaciones científicas de Rosetta, dijo que estaba observando "pequeñas erupciones, muchas pequeñas explosiones" y que se espera que la actividad continúe aumentando.
Los científicos de la Agencia Espacial Europea explicaron que la sonda fue diseñada para pasar cerca del Sol y que durante el viaje de ayer estaba respondiendo de buena manera, según publicó el New York Times.
Además informaron que en el año que ha pasado desde la llegada de Rossetta, la sonda ha recorrido 750 millones de kilómetros.
El robot que duerme
El robot Philae logró posarse en el 67P Churyumov-Gerasimenko en noviembre del año pasado, y tras su aterrizaje envió una importante cantidad de datos durante las 60 horas posteriores, período tras el cual se quedó sin energía para funcionar.
El robot volvió a recibir luz en junio de este año, cuando pudo enviar nuevos datos, pero desde entonces la comunicación ha sido esporádica y en el último tiempo ha estado en silencio, desde su último reporte el 9 de julio pasado.
Barbara Cozzoni, ingeniera que trabajó en el robot Philae, dijo que es "muy preocupante" que Philae no haya enviado nuevas señales en los últimos meses.
Pese a esto aclaró que la sonda Rosetta, que es el medio a través del que el robot envía información, actualmente se encuentra ubicado en una mala posición para permitir la comunicación, y que al parecer todo indica que no habría problemas con los equipos de Philae.
"Estamos tratando de encontrar una solución a la situación", dijo la experta. "Estamos trabajando duro para conseguir algo de ciencia de Philae", agregó.