el contacto con la naturaleza mejora la calidad de vida en la vejez
estudio. Los espacios de colores azules y verdes, así como los sonidos acuáticos y de insectos, motivan a los adultos mayores a mantenerse activos y sanos.
La naturaleza ayuda a la curación física, mental y espiritual. Las personas pueden lograr mayores beneficios para la salud si permanecen durante un buen tiempo al aire libre, en especial en lugares remotos, con el fin de lograr la tranquilidad y alejarse del ajetreo laboral y doméstico.
Un estudio de la Universidad de Minnesota (EE.UU.) asegura que los entornos con colores verdes y azules ayudan a tener un envejecimiento saludable en el adulto mayor.
Algunos de los lugares a los que alude la investigación, publicada en la revista Health and Place, son los bosques, los prados y las playas. Las caminatas y estancias en esos lugares son fundamentales para tener una mejor calidad de vida y enfrentar de buena manera los embates de la vejez.
Incluso el estudio demuestra que la incorporación de elementos pequeños como una fuente de agua o instalar un banco con vista al jardín pueden ser excelentes estrategias de desarrollo urbano para beneficiar a los adultos mayores.
colores y sonidos
De acuerdo a la investigación, los espacios verdes y azules promovieron sentimientos de renovación, restauración y conexión espiritual. También proporcionaron lugares para las interacciones sociales con otras personas de diversas edades y la participación en actividades planificadas junto a familiares amigos, así como las reuniones improvisadas con los vecinos.
"Hicimos un zoom en la vida diaria de las personas mayores de entre 65 y 86 años. Descubrimos cómo una experiencia relativamente mundana, tales como escuchar el sonido del agua o de una abeja zumbando entre las flores, puede tener un enorme impacto en la salud en general", explicó Jéssica Finlay, especializada en geografía y gerontología de la Universidad de Minnesota y autora principal del estudio.
efectos
Finlay sostuvo que estos espacios suponen un método simple para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores. "A su vez, los motiva a ser activos física, espiritual y socialmente, lo que puede compensar una enfermedad crónica, la discapacidad y el aislamiento", añadió.
Mientras que las generaciones más jóvenes pueden utilizar los espacios verdes y azules para escapar y salir de su agitada rutina laboral, los adultos mayores que participaron en el estudio utilizaron la naturaleza para sentirse activos en la vida cotidiana.
Los ambientes naturales permiten a los adultos mayores mantener la estructura diaria de la jubilación, proceso que provoca alteraciones en la vida cotidiana de las personas que llevan décadas trabajando. Esto es importante para la calidad de vida posterior al ajetreo, ya que la actividad física disminuye el aburrimiento, el aislamiento y la soledad, así como impulsar el propio sentido de alcanzar logros y cumplir propósitos.
En el caso de los espacios azules, ofrecen oportunidades para la rehabilitación. Caminar a la orilla de un lago o una playa y sumergir los pies en el agua son sitios reconfortantes de conexión espiritual, sobre todo para quienes sufren la pérdida de un ser querido.
Finlay, puso énfasis en nuevas formas de tratamiento y políticas públicas para beneficiar a los adultos mayores, ya que el estudio "crea conversaciones sobre cómo construir comunidades que atienden a estas personas en toda su vida. No sólo necesitamos un parque infantil para los niños, sino también asientos protegidos para los abuelos que van con ellos", recalcó la investigadora.