Los 100 días que cambiaron a la provincia de Chañaral
esperanza. Habitantes de Diego de Almagro y Chañaral manifestaron sus ganas de salir adelante, pese a la tristeza de ver sus ciudades entre los escombros.
" La cosa está casi igual, y aunque lloramos entre todos nos damos ánimo". Es el coraje que dieguinos y chañaralinos manifestaron a cien días de la avalancha de lodo y escombros que les arrebató el esfuerzo y sacrificio de toda una vida. Sentimiento que persiste pese a la sensación de olvido que aún permanece latente en algunos habitantes de la zona.
"Saldremos adelante"
Solitario entre rumas de tierra recorre la que hasta marzo fuera una de las arterias principales de la ciudad. Con la mirada fija en los restos del hotel Los Aromos, Mauricio Cicala comentó que ya se volvió un hábito deambular por la desolada calle El Salado. "Todos los días vengo y no me convenzo. Es tan triste lo que nos pasó", indicó con ojos llorosos el chañaralino.
El lugareño, que perdió sus pertenencias el 25 de marzo, manifestó el hecho que lo inquieta. "Dicen que va a llegar ayuda, pero no se sabe cuándo. Todos saben que algunos recibieron bastantes cosas, mientras que otros aún no tenemos respuestas", aseguró con la voz quebrada.
Pese a las dificultades, la esperanza y el humor no decaen en la zona. "Está todo casi igual (comenta entre risas), pero uno quiere al puerto". Los dichos de doña Inés Morales se entremezclan con el optimismo de la señora Otilia Henríquez, quien no se queda atrás en voluntad. "Todos los que tenemos negocios acá (Merino Jarpa) hemos tenido que limpiar por nuestra cuenta. Pero saldremos adelante", indicó.
A mitad de la empinada subida Los Baños se ubica el restaurant "Donde Alicia" atendido por su dueña del mismo nombre, quien dejó entrever sus sentimientos. "Estoy acostumbraba a pararme en mi balcón y mirar el centro, ahora subo y me dan ganas de llorar, pero amamos esta tierra", narró la mujer.
Y es que la nostalgia está presente en todo Chañaral. Al final de la población 26 de Octubre se ubican las 96 casas de emergencia que cobijan a quienes quedaron en la calle el día de la catástrofe. "Somos fuertes y esto va a pasar, pero jamás será lo mismo", comentó Carolina Rivera.
Un caso más dramático es el de Gloria Esquivel. Entre lágrimas, la pobladora comentó sentirse ajena a la realidad que hoy enfrenta. "No me conformo con esta pocilga, no lo acepto porque nos tienen hacinados y hasta con ratones", indicó.
Frente a esa situación, la chañaralina ha intentado conseguir un arriendo en el sector Aeropuerto, pero no habría tenido suerte. "Muchos están en la misma situación. Estamos desesperados acá. Hay semanas en que paso acostada tres días seguidos porque no tengo ánimo de nada", indicó con voz angustiada.
Sin embargo, la energía no decae por completo en el puerto. Y es que sus habitantes incluso han tomado con humor el escenario de tragedia. "Cuando vamos al karaoke es común reemplazar letras de canciones con lo que pasó acá. Es una forma de poder sonreír", sostuvo entre risas Carolina.
Sobre este proceso el alcalde de la comuna, Héctor Volta, señaló que el proceso no ha tenido la celeridad esperada, por lo que llamó a tener "un poco más de paciencia". En cuanto a los aportes y la distribución de ellos, Volta indicó que "recibimos mucha ayuda. No me puedo hacer cargo de los que reclaman, porque hemos enviado a todos quienes lo requieren", sentenció.
"Ha sido difícil"
Ciertamente más despejadas, las calles principales de Diego de Almagro asoman entre retroexcavadoras, nubes de polvo y un silencio desolador, el mismo que se siente al otro extremo de la ciudad.
Con una expresión de alegría, Alejandra compartió la experiencia de vivir en el campamento de emergencia. "Las condiciones no son muy buenas, pero es lo que nos tocó y saldremos adelante", señaló la ex vecina de calle Waldo Iriarte, lugar donde la línea del tren, convertida en espiral, dio cuenta de la magnitud del evento climático.
Frente a Alejandra, un hecho llama la atención. Rodeados de madera y calaminas, niños juegan y sonríen a su nueva realidad. "Hay días que estamos bien y otros mal. Todavía voy a la casa donde vivía y me da pena. Diego retrocedió 40 años", reveló Lorena Borja. Sin embargo, la esperanza asoma entre los sinsabores de la tragedia. "Ha sido difícil, pero con esfuerzo y voluntad nos pondremos de pie", aseguró.
Gerardo Bugueño es taxista. Si bien el dieguino no fue afectado por los aluviones, manifestó su descontento. "Van a botar la tierra a la salida norte donde todos los días el viento la trae de vuelta. Es un error tras otro", sostuvo exaltado el vecino.
En medio del ambiente que a ratos se tiñe de desesperanza, el alcalde de esa comuna, Isaías Zavala, señaló que el estrés emocional se mimetizaría con el sentimiento de postergación. "Yo creo que hay un sesgo hacia Diego de Almagro, pero haremos la reconstrucción y será antes que las otras comunas", aseguró.
Respecto a las quejas sobre la demora, Zavala indicó que "al inicio fuimos muy postergada, pero con los reclamos hemos trabajado más coordinados desde hace un mes". En este punto profundizó al agregar que "necesitamos que haya una mirada de Estado. No podemos empezar a invertir recursos para parchar el problema que algún día se nos vendrá igual".
Desaparecidos
Otro de los hechos que marcó la tragedia fue la desaparición de personas de las cuales no se tuvo más rastros. "Nosotros vimos cuando se fue un auto con personas dentro. Vimos manos de niños golpeando los vidrios. Eso, además del bus que llevaba pasajeros y quedó botado en la carretera. En el sector de los socavones se escuchan gritos de auxilio y nadie dice nada de eso", aseguró Nilda Rojas, quien según comentó ha sido testigo de esos hechos en el sector costero de Chañaral.
Al respecto, el edil de esa comuna sostuvo que la empresa Anglo American facilitará maquinarias para intensificar la búsqueda. "Vamos a continuar la labor porque somos testigos del dolor que sienten las familias que buscan a sus seres queridos", aseguró.
"Lo más grave de todo fue la pérdida que sufrieron. El caso de la familia Egaña, de José, Sebastián, el camionero que murió en Agua Dulce y el bombero Álvaro Plaza. Es lo más grave porque no los van a recuperar nunca", sentenció con pesar el alcalde de Diego de Almagro.
Pese al evento que sumergió en el barro a gran parte de la Provincia de Chañaral, la lucha de sus pobladores no decae, quienes decretaron que levantarán la tierra que los vio nacer.