Alemania pide explicación por nuevas escuchas
Vigilancia. Wikileaks reveló un presunto espionaje de la NSA al Banco Central Europeo y a ministerios alemanes.
El Gobierno alemán convocó ayer al embajador de EE.UU. en Berlín, John B. Emerson, luego que la plataforma Wikileaks revelara presuntas escuchas de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) al Banco Central Europeo (BCE), a la canciller Angela Merkel y a varios ministerios.
Según informaciones del diario "Frankfurter Allgemeine Zeitung", que se remite a círculos gubernamentales, el ministro de la Cancillería (Gobierno), Peter Altmaier, llamó al embajador para pedirle explicaciones, principalmente sobre el informe que recoge una conversación telefónica de Merkel sobre Grecia de 2011.
Varios medios se hicieron eco ayer de las nuevas revelaciones difundidas por Wikileaks sobre supuestas escuchas al BCE y a los ministerios de Economía, Finanzas y Agricultura de Alemania, que se unen al espionaje al teléfono móvil de la canciller.
De acuerdo con esas informaciones, las escuchas telefónicas empezaron en los años 90 y se orientaron especialmente al ámbito económico y comercial alemán.
Una de las líneas pinchadas era la utilizada por Oskar Lafontaine en su etapa como ministro alemán de Finanzas, cargo que ocupó unos meses entre 1998 y 1999, en el arranque de la primera legislatura de la coalición roji-verde que encabezó el canciller Gerhard Schröder.
Esa línea telefónica sigue en uso y actualmente pertenece a la secretaría del Ministerio de Finanzas de Wolfgang Schäuble.
Las escuchas al BCE afectaron solo a una línea de la dirección de desarrollo económico.
El diario "Süddeutsche Zeitung" publicó, además, el informe de la NSA sobre una conversación que mantuvo Merkel, el 9 de octubre de 2011, con un asistente no identificado, sobre la situación de Grecia y las diversas opciones que se barajaban en ese momento, en la que la canciller mostraba sus dudas ante una eventual quita de la deuda.
Mayor desconfianza
El ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, admitió ayer, en declaraciones a la televisión pública ARD, que tras las primeras revelaciones sobre las escuchas -incluido el celular de Merkel- Alemania se ha vuelto más desconfiada respecto del trabajo de los servicios secretos de países occidentales.
Para el ministro de Economía y vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, el principal problema reside en la duda de si la NSA no espió también empresas alemanas.
El espionaje de la NSA al Gobierno alemán está siendo investigado por una comisión parlamentaria cuyo presidente, Patrick Sensburg, dijo ayer, también en declaraciones a la ARD, que está convencido de que las escuchas se prolongaron por lo menos hasta finales de 2012.
Las nuevas revelaciones sobre el llamado "espionaje entre aliados", con Alemania como objetivo, siguen a las difundidas unos días atrás referidas a Francia. Medios revelaron entonces documentos obtenidos por Wikileaks que demostraban que los presidentes franceses Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande fueron objeto de escuchas al menos desde 2006 hasta mayo de 2012. El Presidente de EE.UU., Barack Obama, se comprometió ante Hollande a acabar con el espionaje entre aliados.