Copiapinos valoran apoyo entre los vecinos para superar la catástrofe
25m. Encuesta de la Universidad Santo Tomás muestra también la valoración del apoyo de empresas, mientras que frente al futuro de la ciudad hay división de las opiniones.
La catástrofe vivida en Atacama el pasado 25 de marzo, producto de los aluviones que azotaron a muchas ciudades y localidades de la región, sin lugar a dudas se sitúa dentro de las más importantes de la historia reciente de nuestro país. Esta impacto de manera material a las viviendas y la infraestructura pública y privada, pero de manera más importante, afectó duramente la vida de todos quienes viven en Atacama.
Transcurrido ya más de dos meses se logra observar un avance importante en la normalización de muchos servicios y en una parte sustancial de la infraestructura de la ciudad de Copiapó. Dado este contexto, la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás y el Observatorio de Opinión Pública de esta casa académica, realizó un estudio destinado a conocer la percepción de los habitantes de Copiapó respecto al apoyo recibido durante la catástrofe y sus expectativas del futuro de la ciudad.
Se encuestó a 330 personas, un 64,5% mujeres y un 35,5% hombres, de diversas edades, actividades e ingresos económicos. De ellos un 15,5% indicó haber sido afectado gravemente por la catástrofe, un 29,79% habría sido afectado medianamente, un 31% de manera leve y un 23,7% no fue afectado por la catástrofe.
Los principales resultados de este estudio son los que a continuación se detallan:
PERCEPCIÓN DE APOYO EN LA CATÁSTROFE
La literatura ha documentado que en catástrofes de diverso tipo aumenta el capital social en el plano comunitario. En Copiapó no sucedió algo distinto frente a las duras consecuencias de los aluviones que afectaron a Atacama. Lo anterior puede ser apreciado en el hecho que un 71% de las personas encuestadas en el presente estudio afirmaron que estaban de acuerdo o muy de acuerdo con que habrían visto un alto apoyo entre los propios vecinos para superar los efectos de catástrofe. Las personas que fueron afectadas por la catástrofe muestran acentuada esta percepción, aumentando a alrededor de un 75% quienes están de acuerdo con esto, lo cual contrasta con quienes no fueron afectados directamente por la catástrofe, grupo en el cual solo el 61,6% de las personas habría apreciado el apoyo entre los vecinos.
Un 44,2% de los consultados indico que sintió una buena comprensión de los empleadores con las necesidades de los trabajadores afectados. Por su parte, un 33,3% estuvo en desacuerdo con que la conducta de los empleadores habría sido de comprensión.
Destaca de manera muy especial la buena percepción que quedó en la ciudadanía respecto a la actuación de empresas privadas, especialmente mineras, durante la catástrofe. Un 62,9% de los encuestados señalo que creía que la ayuda de las empresas mineras y otras empresas privadas fue adecuada. Este porcentaje llega a un 70,5% entre quienes fueron afectados más gravemente por la catástrofe.
A diferencia de lo anterior, un 75,6% de los encuestados se manifestó en desacuerdo o muy en desacuerdo con que la ayuda de las instituciones de Gobierno fuera oportuna y rápida. Este desacuerdo con el papel del Gobierno se incrementa con el grado de afectación en la catástrofe. Un 90% de los encuestados que vivieron más fuertemente las consecuencias adversas de ella, señalaron este desacuerdo.
Pese a lo anterior, un 40% de los encuestados señaló que consideraba que los bonos del Gobierno, destinados a construcción y enseres, son beneficios importantes. Esto contrasta con el 36,6% de quienes están en desacuerdo con que estos beneficios sean considerados como buenos.
Ricardo Jorquera, director de la Escuela de Psicología y del Observatorio de opinión publica de Santo Tomas Copiapó señaló que "frente a catástrofes las personas se ven obligadas a readaptarse a nuevas condiciones, esto las lleva a realizar comportamientos novedosos y a establecer nuevas relaciones, con ello aumenta la resiliencia de las comunidades, la cual favorece el hacerle frente a las adversidades de la situación".
Jorquera agregó que compartir los hechos de distintas formas ayuda a quienes sufrieron durante el 25 M. "El aumento de las redes sociales y la generación de contactos interpersonales empáticos permiten que las personas puedan sobrellevar de mejor forma el impacto emocional provocado por la catástrofe. El incremento de las redes de apoyo en las comunidades favorece la contención de sus miembros y genera un sentimiento de ayuda en ellos", agregó.
EXPECTATIVAS DEL FUTURO DE LA CIUDAD
Pese a los difíciles momentos vividos con la catástrofe una cantidad importante de la muestra mira con optimismo el futuro del Copiapó. Un 39,4% de las personas encuestadas en el presente estudio señaló que cree que Copiapó volverá a ser igual o mejor que antes. Esta cifra correlaciona negativamente con el nivel de afectación, o sea, quienes fueron afectados más gravemente tienden a manifestarse menos optimistas que quienes sufrieron en menor cuantía los efectos de la catástrofe. Sin embargo se espera que esto se revierta con el paso de los meses.
"Es esperable que frente al desastre vivido en Atacama aumente el sentido de identidad con la región y con las ciudades, ello se da porque en catástrofes como esta, las personas tienden a incrementar su sentido de pertenencia y el arraigo con el espacio", señaló Jorquera.
En lo que si hay un alto acuerdo es en el aprendizaje que ha significado esta difícil situación. Un 61,2% de los encuestados piensa que esta experiencia nos ha ayudado a prepararnos para otras catástrofes. Al momento de efectuarse la encuesta en mayo, un 51,5% de los consultados sentía que a esas alturas aún no se había logrado normalizar la vida cotidiana en la ciudad. Junto a ello un 58,5% de los encuestados señalaba que creía que no se estaba bien encaminado en la superación de la emergencia en ámbito de la salud.
Como en muchas otras catástrofes que ha vivido Chile, con el paso de los meses debería mejorar la percepción de las personas respecto a la ciudad y su convivencia en ella, asimismo debería ir lentamente mejorando el estado anímico de las personas y se debería incrementar su optimismo.